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martes, 13 de agosto de 2013

VEA "DOSSIER" CON WALTER MARTÍNEZ






Credito: Aporrea.org

12 Agosto 2013.- Los sucesos internacionales y noticias de resonancia mundial en "pleno desarrollo" analizados por el periodista y corresponsal de guerra, Walter Martínez, a través de la señal del canal de todos los venezolanos, Venezolana de televisión.

“Dossier”, único en su estilo en la televisión venezolana, es una herramienta necesaria, que brinda información de actualidad, en un lenguaje directo y de fácil comprensión.

AI,HRW, PUSSY RIOT, FEMEN Y LA PROPAGANDA IMPERIALISTA PRO-BÉLICA

NOTICIAS DEL FRENTE BÉLICO SIRIO

martes, 13 de agosto de 2013

El Ejército sirio ha iniciado su mayor operación militar en las zonas tomadas por los terroristas, ha anunciado este lunes el diario libanés Al-khabarpress.

Las tropas sirias han comenzado las operaciones tras la celebración de Eid al-Fitr (festejo islámico al final del mes sagrado de Ramadán), para limpiar todas las zonas de los mercenarios y establecer la seguridad, incluso en las fronteras del país con Turquía.

La fuente explica que los soldados sirios llevarán a cabo dentro de pocos días fuertes ofensivas contra los grupos armados desde las montañas orientales de El Líbano y luego continuarán el proceso en la provincia de Homs (centro), en el campo de Damasco (sur) y en las periferias de Hama (centro).

Al-khabarpress añade que la recuperación de las regiones controladas por terroristas en Hama se considera uno de los objetivos de suma importancia para el Ejército sirio ya que por un lado restaurará la estabilidad en las fronteras del país con El Líbano y por otro lado cortará las vías de suministro de armas para los insurgentes.

Este lunes, las fuerzas del orden sirias han efectuado operaciones exitosas en varias zonas acabando con la vida de decenas de mercenarios.

En el suburbio de Daraya, en las afueras de Damasco (capital), el Ejército ha incautado grandes cantidades de armas y municiones.

También en ataques lanzados en la ciudad nororiental de Deir al-Zur y en Hama, las fuerzas sirias han eliminado a decenas de terroristas, entre ellos algunos de nacionalidad saudí, egipcia y sudanesa.

Desde hace más de dos años, Siria ha sido escenario de graves disturbios producidos por grupos terroristas, financiados y dirigidos por algunos países occidentales y varios regionales, con el objetivo de derrocar al Gobierno de Damasco.

Hispan TV

Que los bandidos se vayan metiendo donde la espalda pierde su nombre esa tercera estrella que ponen a "su" bandera. Por cierto, ¿esa estrella significa que harían de Siria un Estado más de EEUU? Es por una duda que tengo.

LOS PAPELEAS DE BÁRCENAS IMPLICAN AL PP GALLEGO

martes, 13 de agosto de 2013


Cómo no lo van a implicar si tienen de presidente en Galicia a un amigo de narcotraficantes... (foto)

Durante las más de cinco horas que Luis Bárcenas declaró como imputado ante el juez Pablo Ruz, el extesorero del PP tuvo tiempo —después de confirmar los sobresueldos a diferentes cargos populares— para ratificar las donaciones opacas de su partido en Galicia registradas en 2006 y que suman más de 1,8 millones de euros procedentes, la gran mayoría, de empresas a las que la Xunta de Manuel Fraga adjudicó contratos millonarios.

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LA CIA Y LA GUERRA FRIA CULTURAL

13/8/2013 x Miguel Urbano Rodrigues     

Frances Stonor Saunders describe en detalle el esfuerzo de la CIA para conseguir que grandes nombres de la izquierda adhiriesen a iniciativas antisoviéticas  
Desconocido en Portugal, me gustaría que 'La CIA y la guerra fría cultural' fuese editado en nuestro país para ser leído por miles de personas desinformadas por un sistema mediático perverso que presenta una imagen deformada del sistema de poder de los Estados Unidos.

El libro de Frances Stonor Saunders es mucho más ambicioso. La autora, periodista e historiadora británica, dedicó cinco años a la investigación de un tema muy mal conocido: las actividades encubiertas desarrolladas por la CIA en el mundo de la cultura para promover el descrédito del comunismo y movilizar contra la Unión Soviética gran parte de la 'intelligentsia' progresista occidental.

En 1945, el prestigio de la URSS en los EEUU era enorme. La mayoría de su pueblo sentía una gran simpatía, sobretodo tras la batalla de Estalingrado, por el país que desempeñara un papel decisivo en la derrota del Reich nazi.

Esa realidad era muy incómoda para la élite del poder estadounidense. La Doctrina Truman y el Plan Marshall demostraban ser manifiestamente insuficientes para alterar la actitud de la clase media estadounidense ante la Unión Soviética. Los cerebros vinculados al poder en Washington concluyeron en la urgente necesidad de convencer al hombre común norteamericano de que el aliado en la guerra durante cuatro años, de 1941 a 1945, era, finalmente, un peligroso enemigo.
La élite que se proponía reorganizar el mundo bajo la égida de los EUA alrededor de sus «valores», era consciente de que ese objetivo solamente podría ser alcanzado si Occidente capitalista fuese empujado hacia la conclusión de que el comunismo, «oscurantista, inhumano, agresivo», era la gran amenaza para la humanidad, por lo que se hacía imprescindible combatirlo.

La Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), que funcionó durante la guerra como una Gestapo americana, foi en cierta manera una predecesora de la CIA. Su jefe, el general William Donovan, reunió a su alrededor destacadas figuras de la aristocracia del capital como los hijos del banquero JP Morgan, los Vandelbilt, los Dupont, e intelectuales como George Kenan y Charles Bohlen.
Una de las primeras iniciativas de la OSS fue el reclutamiento de militares y civiles nazis. Decenas de altas personalidades alemanas pasaron de criminales de guerra a aliados de confianza. Un caso destacado: el general de las SS Reinhardt Behlen, jefe de los servicios secretos nazis, en vez de ser preso y juzgado, recibió el tratamiento de colaborador privilegiado de la OSS.

En su libro, Frances Saunders dedica los primeros capítulos a las campañas desarrolladas por Donovan, con el apoyo de Truman, para demostrar a los europeos que los EEUU eran una sociedad donde la cultura occidental había generado raíces profundas, contraponiendo esa imagen a la “barbarie soviética”. El Bien contra el Mal.

La literatura, la música, la pintura, la arquitectura, el ballet de los EEUU fueron ampliamente divulgados en Alemania, en Francia, en Italia y en otros países. Simultáneamente, anticipándose a eventuales acusaciones de patrioterismo, obras de Aristófanes, Goethe, Schiller, Thomas Mann, Ibsen, Strindberg, Shaw, Gorki, Gogol eran difundidas en una prueba inequívoca del amor de los EEUU por la cultura universal.

Esa ofensiva cultural no logró, contrariamente, los resultados previstos. Le correspondió a la CIA la tarea de llevar adelante en el contexto de la Guerra Fría un proyecto mucho más complejo y ambicioso, también en el frente de la cultura.

Creada en 1947 por la Ley de Seguridad Nacional, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) asumió las proporciones de un pulpo gigantesco. Inicialmente no estaba autorizada a intervenir en asuntos de otros países. Truman y sus sucesores permitieron que desarrollase actividades de espionaje, y promoviese operaciones militares. Hoy posee lineas aéreas, emisoras de TV y radio, periódicos, compañías de seguros, inmobiliarias, bancos.

En l948 fue creada en la Agencia una Oficina de Coordinación de Políticas (OPC) con la misión específica de realizar «operaciones secretas» en múltiples áreas. Ese extraño departamento especial creció vertiginosamente. En tres años su personal pasó de 302 personas a 2.812, además de 3.142 asalariados en el extranjero. El presupuesto se elevó de 4,7 millones de dólares a 82 millones. El ideólogo del sistema era entonces George Kennan, el ex-embajador en Moscú, fanático anticomunista, arquitecto del Plan Marshall, que desempeño un gran papel en la concepción y funcionamiento de la Guerra Fría.

Fue uno de los padres de la CIA y consultor de la OPC. Le correspondió formular el concepto de la «mentira necesaria» como componente fundamental de la diplomacia estadounidense.

Una de las operaciones secretas más difíciles fue concebida para utilizar la izquierda no comunista en campañas anticomunistas. Secreta porque los intelectuales envueltos en campañas contra la Unión Soviética deberían ser manipulados hábilmente. La OPC actuaba en los bastidores, invisible. El gobierno americano, las embajadas de los EEUU, los grandes medios norteamericanos se abstenían inclusive de comentar elogiosamente las posiciones antisoviéticas de escritores y artistas europeos, muchos de los cuales eran ex-comunistas. Todo pasaba como si las conferencias, seminarios, festivales, manifestaciones y otros eventos en que participaban eses intelectuales fuesen espontáneos, nacidos de iniciativas suyas.

Pero la realidad era muy diferente. Oculta, era la CIA quien planificaba orquestas anticomunistas, quien financiaba generosamente (con el Departamento de Estado) esas campañas.

Frances Saunders baja al detalle al describir el esfuerzo desarrollado por la OPC a través de intermediarios respetables, para conseguir que grandes nombres de la izquierda adhiriesen a iniciativas de cariz antisoviético.

En los EEUU se prestaron a ese papel escritores prestigiosos como John Steinbeck, John dos Passos, Gertrude Stein, Schlesinger, W.H.Auden, Arthur Miller, y orquestas sinfónicas, museos, etc. Los intelectuales trotsquistas adhirieron masivamente. En Europa, fueron involucrados en la telaraña antisoviética: André Gide, Albert Camus, Elsa Triolet, Andre Malraux, Simone de Beauvoir, Raymond Aron, Georges Orwell, Aldous Huxley, Laurence Olivier, Jean Cocteau, Salvador de Madariaga, Claude Debussy, Denis de Rougemont, Milan Kundera, y muchos otros. Y -chocante, pero real- Aragon, Sartre, Bertrand Russell.

La intervención en Hungría de las tropas del Tratado de Varsovia, en 1956 creó en Europa una atmósfera favorable a la intensificación de la Guerra Fria. Entre los muchos libros cuya publicación fué promovida por la CIA, uno de ellos, 'The God That Failed' (El Dios que falló) fué 'best-seller' mundial. Traducido a decenas de lenguas vendió millones de ejemplares. Partió de la CIA la idea de reunir seis ensayos (la mayoría ya publicados en la revista alemana 'Der Monat' controlada por la Agencia) de Arthur Koestler, Ignazio Silone, Andre Gide, Richard Wright, Stephen Spender, Louis Fisher todos ellos escritores famosos que habían sido militantes o simpatizantes comunistas.

«Además de ser una especie de confesión colectiva –escribe Frances Saunders- el libro era un acto de recusación, un rechazo del estalinismo en el momento en que para muchos esa actitud era aún una herejía. Fue un libro de importancia transcendental en la postguerra y aparecer en él fue un pasaporte válido para el mundo oficial de la cultura en los veinte años siguientes».

Koestler, que había adquirido enorme notoriedad con su novela 'El cero y el Infinito', Milovan Djillas y George Orwell, autor de '1984', destacaron en esas iniciativas por su fiebre anticomunista. El primero, que había sido en los años 30 un entregado militante del Partido Comunista Alemán (DKP), colaboró íntimamente con la CIA y fue consejero del Foreign Office en campañas antisoviéticas.
Comités y Asociaciones constituidas para defender la Cultura, la Libertad y la Democracia, pero cuyo objetivo era la promoción de iniciativas anticomunistas, permitían entonces a la CIA (siempre actuando en los bastidores) ejercer una gran influencia sobre una parcela importante de la «izquierda no comunista». Para eso contó con la colaboración y la ayuda financiera de organizaciones como la Fundación Ford.

De las muchas revistas creadas para «promover la cultura», una de ellas, la británica 'Encounter', alcanzó prestigio mundial. Dirigida por Stephen Spender, un poeta inglés, fue concebida para funcionar como un instrumento político anticomunista en el mundo de la cultura. Y alcanzó el objetivo. Durante años colaboran en ella eminentes figuras de la 'intelligentsia' mundial.
Ni el director, Spender, conocía el origen del financiamiento. Cuando una inconfidencia reveló, en vísperas de la Asamblea del Congreso por la Libertad de la Cultura, el puente entre 'Encounter', la CIA y las élites financieras de los EUA, el escándalo fué mayúsculo. En reuniones de ese Congreso fantasmagórico, ideado por la CIA, participaron, además, durante años grandes nombres de la izquierda no comunista. En la práctica fué una tribuna anticomunista.

En su bello libro, Frances Saunders dedica algunos capítulos a acciones encubiertas de la CIA no comentadas en este artículo. Cita concretamente varias Fundaciones, Universidades, congresistas y gobernantes que apoyaron iniciativas criminales de la famosa Agencia. Un mar de lama tóxica.
Y dedica especial atención a los cuadros –ideólogos y ejecutores- que idearon las campañas antisoviéticas, haciendo de ellas una poderosa arma de la Guerra Fría. Cito algunos nombres de esa mafia política prácticamente desconocida en Portugal: Lasky, Josselson, Nabokov, Kristol, Hook, Wisner. Termino transcribiendo el último parágrafo del libro de Frances:

«Bajo la (aún no) estudiada nostalgia de los «Días dorados» de la inteligencia americana había una verdad mucho más demoledora: las mismas personas que leían 'Dante', habían estudiado en Yale y se educaran en la virtud cívica, reclutaron nazis, manipularon el resultado de elecciones democráticas, proporcionaron LSD a personas inocentes, abrieron el correo de miles de ciudadanos americanos, derrumbaron gobiernos, apoyaron dictaduras, concibieron asesinatos, y organizaron el desastre de Bahía de Cochinos.

¿En nombre de que? preguntaba un crítico: «No de la virtud cívica, si no del imperio».
Vila Nova de Gaia, 9 de Agosto de 2013
*Frances Stonor Saunders, 'Who Paid the Piper? The CIA and the Cultural Cold War', Granta Books, United Kingdom, 1999.

LA GUERRA CONTRA VENEZUELA NO HA CESADO

13.08.2013.

 
 
 
 
 
 
 
 
La prensa y los medios de comunicación en general nos brindan a diario una visión bastante maniquea, manipulada y distorsionada de la realidad: los victimarios o delincuentes, promotores del flagelo del contrabando en el occidente venezolano resultan ser los indígenas de la etnia wayuu.
Consideraciones geopolíticas y económicas:
La guerra contra Venezuela no ha cesado  
Por: Corriente Bolivariana Guevarista CBG
Twitter: @patriadiversa
Correo:    traslashuellasdeamerica@gmail.com

En reiteradas oportunidades hemos alertado sobre el conflicto social colombiano, sus implicaciones políticas, militares, sociales, culturales y económicas en la estabilidad de Venezuela.

Igualmente hemos repetido hasta la saciedad, emulando al Comandante Hugo Chávez, que la paz de Colombia es la paz de Venezuela y la región sur americana.

Hoy el estado occidental del Zulia, Venezuela, atraviesa por una especie de convulsión social producto de la especulación, acaparamiento, inflación y alto costo de la vida y el desangre diario generado por el estruendoso delito -ataque indirecto contra el Estado- contrabando de alimentos y rubros que llevan a cabo bandas criminales de capital colombiano, específicamente del narcotráfico y el paramilitarismo.

La prensa y los medios de comunicación en general nos brindan a diario una visión bastante maniquea, manipulada y distorsionada de la realidad: los victimarios o delincuentes, promotores del flagelo del contrabando en el occidente venezolano resultan ser los indígenas de la etnia wayuu.
De fondo no hay ningún análisis sobre el problema estructural que alimenta, indirectamente, esta red criminal de contrabando y lavado de capitales, amparada por sectores políticos de derecha y de algunos funcionarios de instituciones de Estado, así como de importantes sectores militares, corrompidos y sin ningún compromiso con la soberanía nacional.

Vale acarar que en ningún momento hemos estado de acuerdo con la solución militar que desde el Gobierno se le ha querido dar al asunto del contrabando. Primero porque se trata de un asunto que trasciende los controles terrestres, marítimos y aéreos para evitar la fuga de alimentos, combustibles y demás rubros, es económico y político, en todo caso.

Económico por lo que dijimos: sectores del narcoparamilitarismo de Colombia blanquean sus capitales con compra de propiedades en los estados fronterizos, y estimulan el delito del contrabando; político porque a través de este flagelo la derecha y la oligarquía colombiana, y sobre todo los Estados Unidos, ven la oportunidad de poner a Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana de rodillas.  

El triunfo no fue suficiente

Con breve introducción queremos retomar casi textualmente dos trabajos que la CBG escribió para contribuir con el debate de las ideas, pero al mismo tiempo para presentarla como propuestas para que la Revolución Bolivariana dejé de mirarse el ombligo y logre visualizar con diafanidad la realidad que atravesamos.


Nos referimos a los artículos Salutación de la Corriente Bolivariana Guevarista al Comandante Arias Cárdenas y el pueblo zuliano  ( http://www.aporrea.org/ideologia/a157187.html) y Lo necesario a la luz de la coyuntura actual ( http://kaosenlared.net/america-latina/item/60167-lo-necesario-a-la-luz-de-la-coyuntura-actual.html).

Sin desmeritar otros análisis que hemos venido haciendo queremos recoger estos porque mantienen vigencia.

Hace unos meses decíamos que con el triunfo electoral del comandante Francisco Arias Cárdenas en la Gobernación del Zulia. “Con las elecciones regionales celebradas en diciembre de 2012 en Venezuela el panorama político asomó nuevas perspectivas”, asomábamos.

Y agregábamos que “no solo se ganó el estado más importante del occidente venezolano, sino que se derrotó el proyecto separatista encabezado por sectores de la derecha política e intelectual del Zulia y de la burguesía colombiana”.

Con las victorias de diciembre en el occidente venezolano (estado Zulia, Táchira, Trujillo, Mérida y Apure)- se reafirmaría un asunto de Estado: la redimensión del tema geopolítico, bien entendida por Chávez. Le daríamos, pues, un duro golpe al concepto político de republiquetas y/o política feudal y comenzaríamos a construir el proyecto del Estado nacional socialista.

“Se reivindica como nunca el asunto geopolítico: la estabilidad social y política del Zulia depende de la estabilidad geopolítica del occidente venezolano y de la estabilidad política de Colombia”, decíamos.

Pero el triunfo electoral no fue suficiente. Veamos de manera íntegra uno de los análisis escritos recientemente por la CBG.

Inestabilidad
Resolver el problema de seguridad ciudadana de los zulianos, de contrabando de combustibles y alimentos, del tráfico de drogas y lavado de dinero proveniente del  narcotráfico, tiene que ver con la dimensión que se le dé a la geopolítica.

Bien lo advertía el Presidente Hugo Chávez el pasado 27 de marzo de 2011 durante un Aló, Presidente transmitido desde el Sur del Lago de Maracaibo: sectores de derecha del Zulia y de la burguesía colombiana, aupados por Estados Unidos, promovían el proyecto de secesión del occidente venezolano (Zulia, Táchira y Apure) cual Media Luna de Bolivia.

El Comandante Chávez ya lo había denunciado el 3 de octubre de 2010; incluso, lo hizo el ex vicepresidente de la República José Vicente Rangel, el 31 de enero de 2011, cuando develó que existía una movilización de paramilitares colombianos hacia territorio venezolano, fundamentalmente hacia el suroeste del estado Zulia.

No olvidemos tampoco que uno de los mecanismos para generar inestabilidad en el occidente venezolano, y concretar la tesis de secesión, ha sido la compra de tierras (haciendas y fincas) en el pie de monte de la Sierra de Perijá (sub región Guajira), Sur del Lago, incluso en Táchira.

Con ello estarían promoviendo corredores geopolíticos estratégicos para cultivar y sacar drogas que serían exportadas desde Maracaibo; y además consolidar grupos armados que al final de cuentas se comportarían del mismo modo que los grupos paramilitares de Colombia.

Hablamos de redes de narcotráfico que fueron promovidos por los gobiernos de Manuel Rosales y Pablo Pérez, quienes a través del Instituto de Estudios Fronterizos del Zulia, financiaron la compra de haciendas bajo el pretexto de la siembra y producción agropecuaria.

Otra modalidad de apropiación de espacios sociales determinantes para la tranquilidad ciudadana en el Zulia, ha sido la compra de locales comerciales (lavado de dólares) y la promoción de préstamos de dinero (chantaje comercial) que tienen como propósito dominar este sector; las zonas de mayor influencia han sido las siguientes: centro de la ciudad, La Limpia, Curva de Molina, Los Plataneros, entre otros sectores de Maracaibo.

Paramilitarismo, delincuencia y contrabando
La delincuencia, el secuestro, la organización de bandas criminales amparadas por grupos paramilitares, la incursión de éstos en territorio venezolano, el contrabando de alimentos y combustibles, el lavado de dólares provenientes del narcotráfico, son producto de la aplicación del Plan Colombia y del desplazamiento de gran parte de nuestros compatriotas hacia este país hermano.
Solo por las trochas de la Guajira, estado Zulia, salen mensualmente  alimentos y 12 millones 720 mil litros de combustibles, según los trabajos de inteligencia y registros que la CBG viene realizando en los últimos años en las zonas rurales, con el apoyo de líderes sociales y organizaciones de base.
Esta cifra puede haber variado, pues el fenómeno ha tenido un repunte y hoy no solo se llevan el combustible y el alimento sino también la cabilla, el cemento, productos de primera necesidad, medicinas, entre otros.

Estos índices pueden ser preocupantes en términos numéricos. En realidad representan una pérdida para el Estado venezolano. Pero como se trata de un asunto de Estado otros elementos alarman aun más: el fortalecimiento de las bandas criminales, del narcotráfico y paramilitares que operan en Colombia (y desde Venezuela) porque pudieran estar amenazando la estabilidad política de la Revolución Bolivariana.

A todo esto se deben agregar otras situaciones que también generan descontento y desequilibrio psíquico en el venezolano común: escasez de alimentos, racionamiento eléctrico, cultura de la corrupción y chantaje tanto en la esfera pública como en la privada, fortalecimiento de la boliburguesía, la desatención a las misiones sociales Barrio Adentro y Mercal, mercado especulativa sin control, y el problema de las divisas para la importación, improducción nacional a pesar de los esfuerzos del Gobierno, entre otros.

Todo esto puede generar protestas contra el gobierno. Se pueden prever por lo tanto dos posibles terrenos: invasión militar o desestabilización social permanente (promoviendo la ingobernabilidad para que la derecha venezolana se presente como opción política). Además desfigura la propuesta revolucionaria como opción de vida. 

Para evitar un estallido social y político en la frontera, en el caso del contrabando de combustibles y alimentos, el Gobierno debe presentar un plan social, económico y productivo, y cultural,  que permita invertir la realidad.

Las manifestaciones que ha dado el Gobierno han sido, en todo caso, o paternalistas o militares represivas, como es el caso de la entrega de créditos y alimentos a las comunidades yukpas que reclaman tierras ancestrales en la Sierra de Perijá; o el del contrabando de combustibles y alimentos en la Guajira que han pretendido controlarlo con mayor presencia y operativos militares.

Hay una impotencia ciudadana generalizada, tanto en las urbes como en las zonas rurales fronterizas, porque el Estado no ha dado una solución estructural para garantizar la paz y la estabilidad ciudadana.

Consideraciones económicas y políticas
Existe un incremento en la importación de alimentos y otros rubros demandados; igual con el tranque en la entrega de divisas, y la no menos preocupante guerra económica de la burguesía (acaparamiento, especulación), más el contrabando de combustibles y alimentos, y que todo ello pone en peligro la estabilidad política de Venezuela.

Algunos temas como el de alimentos pudieran verse de manera coyuntural, porque en otras ocasiones se manifiestan con determinados objetivos (acaparamiento en pleno proceso electoral) y se resuelven luego que baja la presión política; pero dado el carácter que ha adquirido se ha convertido en un problema estructural que pudiera restarle respaldo popular al Gobierno Bolivariano y darle piso político a la oposición para que convoque en dos años un referendo revocatorio contra Maduro.
Otro de los elementos en términos económicos, que creemos se debe revisar es el de la lógica del subsidio: el Gobierno Bolivariano viene soportando desde hace 14 años el subsidio del consumo de la población (alimentos, transporte, combustible, electricidad, servicios de gas y agua).

No está mal que estimulemos y satisfagamos las necesidades materiales del pueblo, y con ello, por ejemplo, nos anotemos como uno de los pocos países reconocido por la FAO por garantizar hasta cuatro papas diarias a los venezolanos.

Lo que queremos decir es que en el caso de los alimentos deberíamos subsidiar la producción, no el consumo, es decir, incentivar, estimular, promover, financiar y capacitar a los pequeños y medianos productores para desarrollar el campo, de la mano con proyectos del Estado.

En este sentido se cree necesario diversificar la economía, crear alianzas entre el Estado y productores, mecanismos de distribución y banda de precios según capacidad productiva de los productores y financiamiento recibido; también sectorizar la economía y romper con la política centralista que, aunque necesaria, no deja entrever realidades muy concretas como la de la Sierra de Perijá del Zulia.

En el caso de la expropiación, aunque pensamos conveniente algunas, debemos señalar que no siempre rinde resultados por lo siguiente: falta de cuadros que puedan gerenciar empresas de Estado, falta de participación de los trabajadores en los destinos de estas empresas, alta centralización en cuanto a planificación y decisiones estratégicas.

Recordemos que países como Francia, Estados Unidos o Alemania han expropiado empresas y esto no significa que sean socialistas. Es más, casi todas las constituciones del mundo contemplan esta figura jurídica.

Además de lo señalado anteriormente es preocupante la ausencia de una política de Estado para la educación en el sector agrario y del campo, para estimular y motivar a los jóvenes de las zonas rurales para que se formen en su área y permanezcan en ellas, sin irse a las grandes ciudades a formarse en carreras que no son afines a sus realidades y orígenes.

Para salir del atolladero económico que tenemos actualmente es posible que el Gobierno Bolivariano acuda a las facilidades que pueda dar el ingreso a  MERCOSUR. Sin embargo creemos que Venezuela debe aprovechar este espacio para el intercambio tecnológico e industrial y para desarrollar áreas que han estado estancadas y que pueden contribuir con el desarrollo económico de la nación.

Lo anteriormente señalado, y lo que señalaremos a continuación, tiene que ver también con la falta de planificación y coordinación de ciertas políticas y momentos políticos. Ponemos un ejemplo en concreto: ante la enfermedad del Comandante Chávez el Gobierno no se preparó para el tema alimentario y de importación y ante la siembra del Comandante, y las repentinas elecciones, la derecha nacional e internacional aprovecharon la situación para generar caos y la guerra económica.
Como ya señalamos, el Estado debe transformarse, acabar con el paternalismo, financiar proyectos pero no seguir financiando un consumo irracional, sin estímulos no materiales.

Venezuela es el país con mayor demanda y consumo de energía eléctrica y el costo del servicio no alcanza siquiera a cubrir con los gastos de generación. ¿Por qué sucede? No hemos acabado con el Estado burgués y seguimos vivienda bajo la lógica del consumo; aunque construyamos más casas no necesariamente estaríamos transformando la realidad social del venezolano y eso, estamos seguros, lo entiende el camarada Maduro.

Ni capitalismo de Estado
Todo a costa de los dólares de las reservas del Estado venezolano. Recordemos que somos un país monoproductor de petróleo, que depende de la renta petrolera para importar insumos, maquinarias, alimentos, productos de primera necesidad, artículos de todo tipo, necesarios o no, a través de la burguesía parasitaria comercial tradicional, y de a denominada boliburguesía.

Es decir, el panorama de la Venezuela de las primeras tres décadas del siglo XX no ha cambiado. Vivimos en una especie de capitalismo incrustado en una estructura económica que ni siquiera ha desarrollado sus fuerzas productivas. La burguesía, y los gobiernos de derecha que la ampararon, desde 1830 hasta nuestros días, no han sido capaces de desarrollar un proyecto nacionalista, ni la industria nacional ni la identidad del país.

La teoría de la economía dependiente, expuesta en los años sesenta, sigue vigente en Venezuela. Consumimos, importamos, consumimos e importamos. No alcanzamos ni siquiera la categoría de capitalismo de Estado.   

Anexionismo
La tesis de apropiación del occidente venezolano tiene raíces históricas coloniales que se  deben tomar en cuenta.

La idea separatista y la constitución de un Estado paralelo entre Caracas y Bogotá para obtener una salida al mar Caribe por el Lago de Maracaibo ha sido una constante de la clase comercial y burguesa de Colombia.

Cuando Venezuela fue erigida como Capitanía General (1777), los pobladores de Santander pidieron la anexión de Maracaibo porque entre ambas provincias existían más vínculos comerciales que entre Maracaibo  y Caracas.

Maracaibo, en lo tiempos coloniales, era el principal puerto del oriente colombiano y del occidente venezolano, necesario para la salida rápida y segura hacia el Caribe y Europa de los rubros producidos en las plantaciones colombianas.

Las rutas comerciales tradicionales de Arauca, Santander, Cesar y Guajira siempre han estado conectadas con el occidente venezolano, por el Sur del Lago de Maracaibo o el norte del Zulia; esto le permitía a los productores y comerciantes poner de manera rápida y segura sus rubros en el Caribe, Europa, y la costa este de Estados Unidos.

La vía más rápida, utilizada desde el Virreinato de Santa Fe de Bogotá para importar o exportar mercancías era San Cristóbal, conectado con el Lago de Maracaibo a través del río Táchira.

Después de 1811, los dirigentes políticos de Santander reasumieron de nuevo la idea de anexar a Maracaibo (1812). Recordemos también que San Cristóbal y Cúcuta (1825) plantearon la necesidad de crear una provincia paralela a Bogotá y Caracas, aunque nunca tomó cuerpo esta idea.

Otros hechos han mantenido latente el proyecto separatista, como la solicitud (1858) que hiciera el general Vicente Herrera, gobernador de Cúcuta, de anexar nuevamente a Maracaibo como espacio vital para Santander; como de igual forma pidió el ex alcalde de Cúcuta (1999), Antonio Gelves.

Los anexionistas apátridas
Estas pretensiones no han cesado y se han manifestado hasta nuestros días, hasta el punto de encontrar eco en la intelectualidad reaccionaria del Zulia y los hoy salientes administradores de la Gobernación del Zulia (Manuel Rosales y Pablo Pérez).

Durante el gobierno de Manuel Rosales hubo una manifestación pública con marcado interés separatista. El denominado grupo Rumbo Propio desde donde se promovía la “autonomía” zuliana. Detrás de este movimiento estuvo Manuel Rosales. Recordemos la consigna de Rumbo Propio: “No al socialismo, si al autonomismo”.

Plan Colombia
Hoy, detrás de este proyecto de anexión hay un autor intelectual o interesado de primer orden: Estados Unidos. La mayor evidencia de esta tesis la encontramos en el Plan Colombia y en la frase del entonces congresista estadounidense Paul Coverdel (2000), quien afirmó que para controlar Venezuela necesario era militarizar Colombia.


Con el Plan Colombia, durante la presidencia de Andrés Pastrana, no solo se echó por tierra los diálogos iniciados con las FARC sino que se le dio el impulso definitivo a las fuerzas paramilitares: éstas se apoderaron de importantes zonas de Colombia y el número de personas masacradas entre 1998 y 2000 se quintuplicó según cifras aportadas por el mismo Ministerio de la Defensa de Colombia, como bien lo reseña el periodista Hernando Calvo Ospina en el libro El terrorismo de Estado en Colombia.

El Plan Colombia fue redactado en Estados Unidos y aprobado por el Congreso de ese país, con la anuencia del ex presidente William Clinton y la secretaria de Estado Madeleine Albright. Su objetivo principal era consolidar y reforzar el aparato militar de Colombia para vencer a la insurgencia, además de pretender involucrar a Venezuela en el conflicto porque este país hermano es rico en petróleo, gas, oro, bauxita, agua dulce, tierras cultivables, entre otras.

A propósito del petróleo, Venezuela tiene la reserva de crudo más grande del planeta en la Faja del Orinoco.

Para 2001 el Congreso de Estados Unidos había aprobado 85% del presupuesto para reforzar el aparato militar del gobierno colombiano, mientras  que apenas 8% fue destinado para la sustitución de cultivos ilícitos.

Para 1999 Colombia se convirtió en el primer país que mayor ayuda recibiría de los Estados Unidos, incluso por encima de Turquía y casi equiparado a Egipto. En fin, el Plan Colombia fue diseñado para perpetuar la guerra y extenderla al hemisferio, pero sobre todo al occidente venezolano y sus estados fronterizos.

Esto demuestra que la política del Estado colombiano, con el apoyo de los Estados Unidos, ha estado dirigida a perpetuar la guerra como negocio y modo de vida para garantizar la máxima del capitalismo: acumular más y más riquezas en detrimento de las grandes mayorías.

En Colombia vivimos la misma suerte de Venezuela desde finales de los años ochenta desde el punto de vista económico y social: las políticas neoliberales arrasaron con toda posibilidad de soberanía: las últimas seis décadas significan para nosotros la apropiación terrateniente y transnacional de la tierra.
Hoy en Colombia 52% de la gran propiedad está en manos de 1,15% de la población, como señala el estudio “Colombia rural, razones para la esperanza”, del Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD).

Hoy el terrorismo de Estado en Colombia deja más de 6 millones de desplazados que fueron expulsados de un volumen de entre 6 y 7 millones de hectáreas. Este panorama dantesco evidentemente está relacionado con la guerra que vivimos hace más de 50 años.

Es decir la estructura económico social instaurada en Colombia en los últimos 25 años y la aplicación del modelo neoliberal a finales de los años 80 limitaron las funciones del Estado con la aplicación de la denominada “apertura”, que no fue otra cosa que la internacionalización del capital, la precarización del trabajo, el arrase de las tierras cultivables, la privatización de los servicios públicos y la perpetuación del sistema social de exclusión.
12 de agosto de 2013

UN ESTADO EN VIA DE SUBDESARROLLO: EL 65% DE LOS JOVENES ABANDONARÍA ESPAÑA POR UN TRABAJO

13.08.2013.
 
 
 
 
 
 
 
En 65% de los profesionales españoles de entre 18 y 24 años estaría dispuesto a cambiar de país por un puesto de trabajo, once puntos porcentuales más que en 2011, según un estudio de Randstad. La cruda realidad de un país capitalista en vías de subdesarrollo. 
 
Agencias

Este estudio muestra también que cuanto más joven es el profesional, más predisposición existe a dejar el país. El 63% de los jóvenes entre 25 y 34 años también optaría por salir de España en busca de un empleo.

   Concretamente, el 75% de los profesionales españoles piensa que los países con más oportunidades se encuentran en Europa, especialmente en Alemania, donde el 48% de los encuestados cree que es el país oportunidades. Francia (7%) e Inglaterra (6%) son los otros dos países europeos preferidos.

   Por otra parte, Estados Unidos y Brasil son los países que ofrecen más oportunidades de trabajo en América (7%).

   Por último, la encuesta de Randstad constata que los profesionales con estudios universitarios son los que muestran mayor predisposición a la movilidad internacional (66%), seguidos de los trabajadores con títulos de Bachillerato (62%) y de Formación Profesional (59%).

IZQUIERDA UNIDA EN EL LABERINTO ANDALUZ




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Toussaint Louventure

El pasado 3 de agosto se cumplieron 15 meses de la materialización del “Pacto por un gobierno de progreso en Andalucía”. En el Parlamento Andaluz se selló un pacto histórico por el cual se formaba un gobierno de coalición en la Junta de Andalucía entre la socialdemocracia (PSOE), encabezado por el anterior presidente de la Junta José Antonio Griñán,  y la llamada “izquierda trasformadora” representada por Izquierda Unida y encabezada por su coordinador general Diego Valderas.

El pacto, debido a su singular transcendencia no estuvo exento de polémica dentro y fuera de la coalición, para unos fue una oportunidad histórica para frenar a la derecha, que se había implantado de manera casi hegemónica en todo el Estado después de la victoria del Partido Popular en las elecciones generales de Noviembre del 2011, poner freno a las políticas neoliberales de recortes de derechos y privatizaciones impuestos por la patronal y la troika europea y forzar a un PSOE, debilitado y dependiente del apoyo de IU para formar gobierno, a realizar las reformas sociales necesarias, en definitiva la prueba de fuego que pude hacer creíble ante las masas que Izquierda Unida puede ser alternativa de gobierno. Sin embargo otros, encabezando esta corriente el diputado de Izquierda Unida y alcalde  de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo, ven este pacto como una traición al programa de Izquierda Unida[i]. Como una venta a precio de saldo por el cual se pasa a apoyar a un partido oligárquico y corrupto, como es el caso del PSOE, a cambio de un puñado de puestos en la administración, el paso de venderse como una fuerza “transformadora” a convertirse en el soporte de uno de los partidos del “orden”. A más de un año vista ya nos encontramos en perfectas condiciones para elaborar un diagnóstico adecuado sobre el balance de este “gobierno de progreso” en Andalucía. ¿Ha sido un gobierno que ha propuesto un reformismo progresista en beneficio de las amplias mayorías o un gobierno que se ha dedicado a gestionar los intereses del capital bajo una careta de “izquierdas”?

Situación política y social en Andalucía

Bien, para realizar un buen análisis debemos comenzar por hacer un análisis de la situación política y social de Andalucía. Andalucía es la comunidad autónoma más poblada de todo el Estado Español, cerca de 8,5 millones de habitantes, además de una de las más pobres. Tiene un P.I.B. “per cápita” de 17. 587 euros, solo por encima de Extremadura, con un 35 por ciento de su población por debajo del umbral de la pobreza. La tasa de paro en Andalucía está en alrededor de un 36 por ciento, frente a un 27 por ciento de la media nacional[ii]. Se trata de una región poco industrializada, y la poca industria existente se encuentra en proceso de desmantelamiento como los astilleros de Jerez. La principal fuente de empleo es el empleado por el turismo y la agricultura.  Por su parte la estructura de la propiedad agraria es profundamente desigual, sobresale una pequeñísima capa de grandes terratenientes que posee más del 50 por ciento de la tierra cultivable y cerca de 400.000 obreros agrícolas, que debido a que los terratenientes mantienen gran parte de estas tierras sin cultivar varios miles de estos jornalero pasan gran parte del año desempleados viviendo con un subsidio miserable[iii]. El PSOE ha sido desde la transición el partido hegemónico en Andalucía. Durante más de 30 años el PSOE ha gobernado de manera ininterrumpida la Junta, durante todo su gobierno no ha hecho nada por cambiar la estructura social y económica en Andalucía. Jugó el papel de cara “progresista” de la oligarquía presentándose como un partido de “izquierdas” ante las masas pero actuando como fiel perro guardián de los intereses  de los poderosos. Durante las décadas de gobierno del PSOE en Andalucía, los dirigentes de este partido han colaborado con el gobierno central en el desmantelamiento de los astilleros en Cádiz[iv], se han lanzado a la aventura inmobiliaria y especulativa y han destrozado amplias zonas costeras con construcciones faraónicas, han homenajeado a la más rancia nobleza terrateniente de Andalucía (Chaves dio el título de hija honorífica de Andalucía a la Duquesa de Alba la mayor propietaria de tierras de España), mientras ha reprimido con puño de hierro la lucha de los jornaleros[v].

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El papel del PSOE-A en definitiva ha sido el de un “partido del orden” que pese a su fraseología “progresista” es un fiel servidor de la burguesía andaluza, española y europea en la región. Por toda Andalucía ha establecido una red clientelar y ha logrado engañar a una amplia capa de las masas populares con limosnas (como el P.E.R. o subsidio concedido a los jornaleros para que subsistan con unos 400 euros al mes los meses de paro forzoso) y metiendo miedo con la llegada de los “peores” es decir la derecha nacional-católica y neoliberal representada por el Partido Popular. Toda esto unido al descubrimiento de sucesivos casos de corrupción que han implicado a altos cargos de la Junta y del PSOE (como es el caso de los EREs), así como las medidas tomadas por el gobierno de Zapatero, ha producido un progresivo desgaste al partido de gobierno que en las últimas elecciones ha sufrido una fuerte caída en votos en las últimas elecciones autonómicas y perdiendo la mayoría absoluta en el Parlamento Andaluz.

El Pacto PSOE-IU

Izquierda Unida recogió por su parte los votos de buena parte de los votantes del PSOE descontentos buscando en IU un nuevo referente de lo que según buena parte de estos votantes debería ser un partido de izquierdas, un partido que represente los intereses de las clases populares. La posición privilegiada de IU en el parlamento Andaluz hacía que estos fueran una fuerza clave para formar un nuevo gobierno en Andalucía, le colocaba en un plano estratégico perfecto para bloquear las iniciativas antipopulares que se aprobasen en el Parlamento autonómico, forzando eventualmente a un pacto entre los dos partidos (PP-PSOE) quedando en la práctica como único partido de la oposición permitiendo denunciar el oportunismo demagógico de los dos partidos,  que siempre se presentan en constante pelea pero al fin y al cabo no dudan en unirse cuando los intereses de la oligarquía que ellos representan están en juego. Eso hubiese sido una política parlamentaria consecuente con vistas a un fin revolucionario, utilizar simultáneamente la movilización social y obrera en la calle y centros de trabajos y la actividad parlamentaria para desacreditar este órgano legitimador de la dictadura de la oligarquía y así quitar la ilusión a los trabajadores de que sus problemas pueden ser resueltos en el parlamento burgués.

Sin embargo la actitud de una amplia parte de la dirección de Izquierda Unida fue contraria, en primer lugar sellaron un acuerdo de gobierno con el PSOE aportando 4 dirigentes de IU que pasaron a incorporarse al gobierno autonómico, con Diego Valderas como vicepresidente de la Junta. El argumento para llegar a este pacto era por una parte “evitar la llegada de la derecha a la Junta de Andalucía” y por otra “llevar a cabo desde el gobierno reformas sociales que atiendan las necesidades de las clases populares”[vi]. En la práctica la entrada en el gobierno supuso el abandono por completo de su programa de reformas sociales y la asunción “de facto” de la implantación de un programa neoliberal en los hechos.

Durante su periodo en el gobierno la Junta de Andalucía ha recortado en sanidad, ha puesto de patitas en la calle a 7.000 profesionales médicos y han aumentado en 10 horas al mes la jornada laboral del resto de los profesionales además de reducir el equipamiento en material sanitario[vii]. Recortó la paga extra de los funcionarios antes de que el gobierno anunciase su eliminación[viii], recortó un 50 por ciento las ayudas para aprender un idioma extranjero, sólo en la provincia de Cádiz la Junta revocó la concesión de más de 2000 becas[ix], el impago por parte de la Junta a las empresas de comedores escolares provocó una huelga indefinida que afectó a 122 centros educativos andaluces[x].

 El problema agrario sigue en su línea sin anunciar ninguna medida concreta para la distribución de tierras, al mismo tiempo sigue la represión contra los jornaleros organizados en el SAT[xi]. Es decir en un año en el gobierno no han establecido un plan de medidas preliminares para cambiar la estructura socio-económica andaluza, ni siquiera han implantado reformas que mejoren el nivel de vida de la clase trabajadora, directamente han implantado y ejecutado recortes y medidas que han hecho retroceder en derechos a las clases populares. Los dirigentes de IU, (y sus socios del PSOE) se defienden diciendo que imponen los recortes “porque no tienen más remedio pues vienen impuestos desde el gobierno conservador de Madrid o desde la Unión Europea), pese a eso defienden que “gracias a sus medidas” sus recortes han sido sustancialmente menores a los aplicados en comunidades autónomas donde gobierna la derecha. Encima las pocas medidas progresistas que han puesto en marcha han sido frenadas por las instancias judiciales españolas, como es el caso del decreto Anti-desahucios firmado por la consejería de vivienda, lo que pone en relieve la limitación actual de las reformas en el marco imperialista de la UE.

El colofón de la polémica es la actuación de Izquierda Unida respecto al caso de los EREs falsos, un escándalo de corrupción que consistió en una serie de EREs falsos promovidos por la Junta y en el cual se encuentran implicados destacados miembros de los gobiernos de Chaves y Griñán. Primero a modo de caricatura exigió una dura y profunda investigación que sacase a la luz todos los trapos sucios, así mismo presentó la entrada de IU en el gobierno andaluz como la garantía de que la investigación llegaría hasta sus últimas consecuencias. Pero poco a poco han ido cambiando esa posición, conscientes de que si son socios de gobiernos de unos “presuntos corruptos” algo pudiera salpicarles, por un lado han hecho llamados a la Justicia para que acelere la instrucción del caso y dé carpetazo al asunto[xii]. Y por otro a forzado el remplazo de la figura presidencial de gobierno, José Antonio Griñan, salpicado por el escándalo de corrupción por otra figura Susana Díaz, consejera de presidencia y mano derecha de Griñán, elegida como candidata única en una conferencia del PSOE-A donde distintos sectores han presentado denuncias de fraude[xiii]. Con este cambio “gatopardesco” pretenden alejar el fantasma de los EREs.

¿Cómo se construye el Frente Unido?   ¿Por arriba o por abajo?

En una organización que se pretenda revolucionaria y que luche consecuentemente por la transformación social la política de alianzas debe tener un papel primordial a la hora de establecer la táctica. La política de alianzas es necesaria para aglutinar a un mayor número de personas y organizarlas para construir el cambio social, (o por lo menos conseguir su neutralidad benevolente).

 Dentro de este debate entra la política sobre qué tipo de alianzas deben construirse para conseguir el cambio social, “¿Por arriba?” es decir firmando acuerdos entre cúpulas de distintas organizaciones, ¿o por abajo? Es decir confluyendo en los frentes de lucha con las masas, tengan o no partido, y a través de la experiencia y la lucha hacerles ver que la única solución posible pasa por la superación del socialismo y el establecimiento del poder popular. Algunos comunistas justifican este tipo de pactos “por arriba” en la política de alianzas establecida por la III Internacional en los años 30 y cuyo máximo teórico fue el camarada Jorge Dimitrov, la política del Frente Popular Antifascista. Dimitrov en un periodo de reflujo de la lucha de clases en Europa después del fracaso de los intentos revolucionarios en Finlandia, Alemania, Bulgaria, Italia y Hungría; un contexto de crisis económica y avance de los movimientos fascistas consideró una alianza de los distintos partidos comunistas con los viejos partidos socialdemócratas de la II Internacional y con determinados partidos burgueses progresistas para frenar el avance del fascismo. De una manera torticera extrapolan esta política de alianzas a la situación actual, equiparando de una forma dudosa al principal partido de la derecha, el partido popular, con el fascismo. Es por eso que para frenar el avance de estos “fascistas” se hace necesaria la construcción de una alianza con organizaciones “no proletarias”.

Dejando aparte esta inconsistencia histórica, el Frente Popular propuesto por Dimitrov tiene una visión bastante distinta, pues no sólo se limita a establecer pactos con la cúpulas de partidos burgueses o a alianzas electorales, sino que busca algo más profundo la unidad desde la base con los obreros influenciados por la socialdemocracia y el reformismo para así lograr prestigio ante ellos y lograr arrastrarlos hasta posiciones revolucionarias. Como dice Dimitrov:
Los comunistas y todos los obreros revolucionarios deben esforzarse por crear órganos de clase del frente único al margen de los partidos elegidos (en los países de dictadura fascista, escogidos entre las personas más prestigiosas en el movimiento de frente único) en las empresas, entre los desocupados, en los barrios obreros, entre la gente modesta de la ciudad y del campo. Sólo estos órganos pueden abarcar mediante el movimiento de frente único hasta las enormes masas no organizadas de los trabajadores, pueden contribuir a desarrollar la iniciativa de las masas en la lucha contra la ofensiva del capital, contra el fascismo y la reacción, a crear sobre esta base el extenso cuerpo de activistas obreros del frente único, que es indispensable, y a formar en los países capitalistas cientos y miles de bolcheviques sin partido”[xiv].
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 No solo es legitimo, sino que absolutamente necesario confluir en los frentes de masas, en los centros de estudios y de trabajo con trabajadores, estudiantes y vecinos de convicciones reformistas, afiliados a partidos socialdemócratas o pequeñoburgueses y a través de su experiencia en la lucha y una correcta política y línea táctica de los comunistas lograr arrastrar al máximo de ellos hacia posiciones revolucionarias, lograr para el Partido Comunista la hegemonía de los frentes y pasar a la construcción de estructuras de contrapoder que sirvan como futuros órganos del poder popular. Obviamente para realizar la revolución necesitamos la participación de sectores sociales que no sean directamente proletarios (pequeña burguesía arruinada, semiproletarios, intelectuales progresistas…) e incluso se deben realizar firmar diversos compromisos con los Frentes de masas con fuerzas reformistas y pequeño burguesas, pero la flexibilidad táctica debe estar expuesta al servicio de la estrategia que incluye que el golpe principal debe ser dirigido hacia el bloque oligárquico burgués y el imperialismo europeo y americano. Nuestra política debe defender abierta y consecuentemente la salida del Estado Español de la UE y la OTAN, la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos de la economía, etc.…

Izquierda Unida, (y en gran medida el PCE) se encuentran inmersos en una lógica reformista de que es posible realizar cambios estructurales desde las instituciones burguesas, o por lo menos conseguir reformas que favorezcan al conjunto de la clase obrera. No es el único caso de colaboración en el gobierno con partidos burgueses. Recordemos como los socios de IU en Catalunya, ICV, participaron en el “tripartito” catalán que gobernó junto con la socialdemocracia catalana (PSC) y el nacionalismo pequeñoburgués (ERC), y que dirigió múltiples medidas antipopulares así como reprimió con inusitada brutalidad a los estudiantes que protestaban contra el “Plan Bolonia”. Creen que acercándose al “pez grande” pueden coger y beneficiarse de su fuerza y el resultado es el contrario, la experiencia ha mostrado que la mayoría de estos gobiernos terminan en un profundo fracaso, por un lado lava la imagen de la socialdemocracia al presentarla con un renovado ropaje de izquierdas y por otro desilusiona las expectativas de las masas puestas en dichos partidos lo que hace posible que se inclinen en el futuro por partidos reaccionarios o incluso fascistas. Y aunque proporcione éxitos momentáneos este tipo de pactos lo único que consiguen es afianzar la ilusión de la clase obrera en el parlamentarismo burgués y paralizar a buena parte de las organizaciones de masas que luchan por los derechos laborales y político, recordemos que las importantes conquistas de la clase obrera en el siglo XX no fueron conseguidos gracias a la participación de “partidos obreros” en gobiernos burgueses si no principalmente a una aguda lucha en la calle y en los centros de estudios y de trabajo. Sin huelgas, encierros, sabotajes, movilizaciones y revoluciones sociales la clase obrera no hubiese conseguido ni un solo de sus derechos, se puede decir que lo único que han conseguido este tipo de pactos es favorecer la lógica de conciliación y “pacto social” con la burguesía, no nos han acercado a enterrar este sistema socio-económico cada vez más senil y explotador.


[i] http://www.meneame.net/story/sanchez-gordillo-pacto-psoe-seria-desaparicion-iu
[ii] http://www.datosmacro.com/paro-epa/ccaa/andalucia
[iii] http://www.ugr.es/~pwlac/G16_08JoseLuis_Solana_Ruiz.html
[iv] http://www.cadizdigital.cadiz.es/?q=noticias/andaluc%C3%AD/los-afectados-por-el-cierre-de-astilleros-continuan-el-encierro-y-estudian-nuevos-
[v] http://www.sevillapress.com/noticia/3605.html
[vi] http://www.publico.es/espana/430173/las-claves-del-acuerdo-de-psoe-e-iu-para-el-gobierno-de-andalucia
[vii] http://www.andalucianoticias.es/los-medicos-andaluces-llamados-a-la-huelga-desde-el-dia-21-282774/
[viii] http://www.abcdesevilla.es/andalucia/20130603/sevi-sindicatos-junta-desproposito-recorte-201306031400.html
[ix] http://www.europasur.es/article/provincia/1579973/ana/mestre/pp/arremete/contra/los/recortes/la/junta/andalucia/becas.html
[x] http://www.andalucianoticias.es/la-concesionaria-de-los-comedores-escolares-culpa-a-la-junta-de-la-huelga-en-122-centros-281319/
[xi] http://www.diariodesevilla.es/article/provincia/1561347/detenido/diego/canamero/tras/sus/cuatro/negativas/declarar/ante/tsja.html
[xii] http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-valderas-afirma-alaya-no-distingue-celeridad-andalucia-necesita-ya-pasar-pagina-ere-20130807092349.html
[xiii] http://www.cadenaser.com/espana/articulo/jose-antonio-grinan-dejara-presidencia-junta-andalucia-principios-septiembre/csrcsrpor/20130723csrcsrnac_45/Tes
[xiv] https://www.marxists.org/espanol/dimitrov/1935_2.htm

MIENTRAS HAY MILES DE PERSONAS BUSCANDO AYUDAS SOCIALES PARA COMER, ELLOS SE GASTAN EL DINERO SIN ESCRÚPULOS

 



El exembajador español en Tel Aviv, Álvaro Iranzo Gutiérrez (en la foto), no vivó en la residencia de propiedad del Estado español en Israel a los pocos meses de su llegada. A cambio, alquiló otra residencia, a la que se trasladó con su familia y todo el personal que trabaja en esa sede diplomática. La anterior residencia fue así condenada al abandono durante cinco años y quedó en el estado que acreditan las fotografías a las que ha tenido acceso El Confidencial. La degradación de la mansión aumentó hasta que, el pasado dos de agosto, el Ministerio de Exteriores adjudicó un contrato de un millón de euros para su reforma a un estudio de arquitectura israelí. Como ha asegurado Iranzo a este diario, todas estas decisiones se tomarondirectamente desde ese Ministerio.

Los hechos se remontan a 2008, cuando Iranzo fue destinado al estado israelí tras su trabajo como Director General de Política Exterior para el Mediterráneo, Oriente Próximo y África. Tras pocos meses en la residencia oficial, en la calle HaEshel 133 de la zona de Herzliya Pituach, el embajador solicitó dejar la residencia y alquilar otra. Fuentes muy cercanas a la embajada, que prefieren permanecer en el anonimato, han asegurado a El Confidencial que la razón del traslado fue una elección personal del embajador. La “antigua” residencia tiene una amplia piscina. Sin embargo, no se adecuaba a las exigencias del embajador. Por ello, prefirió trasladarse a pocos centenares de metros de distancia y abandonar la residencia, que, como el Ministerio de Exteriores ha confirmado a El Confidencial,es propiedad del Estado español.

Iranzo, respondiendo a las preguntas que este diario le ha formulado por correo electrónico, ha asegurado que se limitó a dar "el visto bueno" a la nueva residencia, que se eligió desde Madrid. "Recibí instrucciones de la Dirección General del Servicio Exterior para no trasladarme a la Residencia propiedad del Estado sita en Herziliya y, en cambio, para buscar una Residencia provisional en alquiler, ya que, se me informó, la vivienda propiedad del Estado no estaba en condiciones de habitabilidad", ha explicado. Pasado un primer período en la "vieja" residencia, se mudó a la nueva. Y a pesar de sus "continuas gestiones", añade, el proceso de reforma no tomó forma debido a las "restricciones presupuestarias" que padecía el Ministerio. "Si hay responsabilidades en la prolongación del status quo sobre la reisdencia en Hezrlyia, desde luego no son mías", cierra el diplomático.
Cinco años de alquiler

Según las fuentes consultadas por este diario, el alquiler de la nueva residencia alcanzaba los 20.000 euros mensuales. Desde la actual embajada no han querido hacer comentarios ni sobre esta cifra ni sobre ningún otro aspecto de la cuestión. Es un hecho, sin embargo, que ambas residencias se encuentran en el lujoso barrio de Herzliya Pituach, en la parte norte del distrito de Tel Aviv. Las agencias inmobiliarias que operan en ese mercado estiman que 20.000 euros sería un precio adecuado a la media de la zona, cuyas cifras por un alquiler van desde los 10.000 hasta los 50.000 euros mensuales.
El Ministerio de Exteriores actual, al que le parece "razonable" la cifra de 20.000 euros manejada por este diario, justifica la decisión de abandonar la vieja residencia por el “muy mal estado” en el que se encontraba, ya que nunca había sido remodelada por completo desde su adquisición por parte del Estado, a mediados de los años 80. "Se está intentando reducir al mínimo los alquileres de residencias de los diplomáticos en el extranjero", asegura un portavoz del Ministerio, que achaca la elección a los "recortes presupuestarios" a los que se sometieron varias partidas del departamento. A pesar de ello, la dirección de Exteriores dio el visto bueno a la elección de pagar 20.000 euros de alquiler, durante 12 meses al año, por 5 años -un total de 1 millón y 200.000 euros- para después realizar una reforma cuando la casa está ya en extremo estado de abandono. Ni en el Boletín Oficial del Estado ni en otros documentos públicos se informó del cambio de residencia, del que el Ministerio tenía el conocimiento. Los responsables de la subsecretaría que autorizó el traslado de la residencia no han contestado a las preguntas que este diario les ha remitido a través de un correo electrónico. 
La reforma

En mayo de 2012, Iranzo abandonó Tel Aviv y actualmente ejerce como Cónsul en la Embajada española en Australia. Fernando Carderera Soler, que desde mayo de 2012 es embajador español en el Estado israelí, había manifestado en varias ocasiones la necesidad de remodelar la residencia de propiedad del Estado, viendo poco útil vivir de alquiler a pocos metros de la sede diplomática oficial. De hecho, el documento programático de la acción española en el Exterior para 2013, incluido en los presupuestos generales del Estado, ya mencionaba las “obras de rehabilitación de la residencia”como actuación que “previsiblemente” se habría llevado a cabo en 2013.

Como han explicado a este diario fuentes cercanas a Carderera, los trámites burocráticos para dar el visto bueno a la obra la han atrasado más de lo esperado. El Boletín Oficial del Estado del pasado 2 de agosto formalizó la adjudicación del contrato a la empresa israelí Marco y Yoam Arquitectos por 1.019.139,72 de euros netos.


elconfidencial

UN EXCEPCIONAL DOCUMENTAL RUSO SOBRE SIRIA SUBIDO A INTERNET HACE APENAS 50 HORAS

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EL BIPARTITO ANDALUZ PSOE-IU A LA CABEZA EN RECORTES DE TRABAJADORES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: 16.343

13.08.2013.



La prioridad por el mantenimiento del empleo, la educación y la sanidad reiterada como un soniquete por los dirigentes de la Junta de Andalucía (PSOE-IU) cae en saco roto con la lectura de los datos oficiales. 

Andalucía ha perdido en un año 16.343 empleados en su Administración, sin contar a las empresas públicas, el 88% de ellos en educación y sanidad. El recorte (-6,4%) no tiene parangón en otra comunidad, salvo en Murcia (-12,7%) y Castilla-La Mancha (-6,4%). El ajuste es tal que uno de cada tres empleados públicos de las autonomías que perdieron su trabajo el año pasado fue andaluz. 

Los datos pertenecen al Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, con fecha a 1 de enero de 2013. Esta publicación semestral del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas recopila los efectivos de las distintas instituciones desde 1990. 

Hasta este año la Junta de Andalucía había mantenido un ascenso equilibrado en el número de sus servidores públicos. La Administración autonómica inició su andadura en 1982 con 21 funcionarios y 16 laborales; en 2012 superó los 255.000 empleados. 

El descenso más brusco en la historia de la Administración autonómica se registra el pasado año, ya que a 1 de enero de 2013 las estadísticas anotan 238.909 trabajadores en la Junta. 

El personal de Educación y Sanidad es el más perjudicado. En la docencia no universitaria la Junta ha pasado de 115.567 empleados a 108.153, un 6,4% menos. La Junta mantuvo intacta la ratio de escolares ante el aumento del horario lectivo del Gobierno central, pero sacrificó a más de 4.500 interinos. Otras plazas por jubilaciones o excedencias no se repusieron: el Ministerio de Educación bloqueó la convocatoria de 2.389 plazas para Secundaria e instó a la Junta a que se ciñera al 10% de la tasa de reposición. 

La Junta protestó, pero se ahorró la convocatoria. Este año sí ha convocado 592 plazas en Primaria. 

En sanidad el recorte ha sido de un 7,3%. El pasado jueves el senador del PP Jesús Aguirre aludió a un informe laboral de los ministerios de Empleo y Sanidad que recogía estos mismos datos. La Consejería de Salud replicó que era una información "tendenciosa" que ignoraba los profesionales que tienen contratos de corta duración, tanto eventuales como interinos sustitutos. 

Los datos oficiales añaden que el tijeretazo se completa con 1.328 trabajadores en consejerías y organismos autónomos y 574 en personal de Justicia. 

Este recorte no es sólo inédito en la historia de la autonomía, sino que es singular de la comunidad autónoma. Porque las restricciones del Gobierno central han sido comunes para todas las autonomías pero, salvo Murcia, Andalucía es la que acomete mayor recorte de empleo público, junto a Castilla-La Mancha y seguida de Cataluña (-1,9%), Madrid (-1,6%) o Valencia (-1,3%). 

El ajuste del pasado año pone a la Junta entre la que más empleo público ha destruido desde que comenzó la crisis, un 7,3% menos de personal desde 2009. La supera de nuevo Murcia (-8,3%), pero también, Madrid (-8%) y País Vasco (-9,2%), la única que creció un poco en 2012. También disminuye Cataluña (13,4%), pero esta comunidad alega una adecuación en la metodología de su área sanitaria. Las restantes autonomías no han recortado tanto empleo.

LOS EJÉRCITOS SECRETOS DE LA OTAN (VI)




La guerra secreta en Italia

Estados Unidos, el país que se presenta como el gran defensor de la democracia, organizó fraudes electorales en Italia, así como dos golpes de Estado invisibles y no vaciló en hacer ejecutar al primer ministro italiano Aldo Moro. En esta sexta parte de su estudio sobre el Gladio, el historiador suizo Daniele Ganser explica cómo Washington controló la vida política en Italia, a espaldas de los italianos, a lo largo de 50 años.



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En 1978, Estados Unidos hizo asesinar al primer ministro italiano Aldo Moro. Las Brigadas Rojas se responsabilizaron con su ejecución, pero la operación estuvo manipulada por el Gladio.

El anticomunismo estadounidense ha dado origen a muchas de las tragedias que marcan la historia de la I República Italiana (1945-1993). Las pruebas descubiertas durante la última década demuestran que el ejército Gladio, dirigido por los servicios secretos italianos, participó activamente en esa guerra no declarada, con la complicidad de los terroristas de extrema derecha. A falta de invasor soviético, las unidades paramilitares anticomunistas entrenadas por la CIA se dedicaron a la realización de operaciones internas destinadas a influir sobre la vida política nacional. Una investigación parlamentaria a la que el Senado italiano confió la misión de aclarar la cuestión del Gladio así como una serie de misteriosos atentados concluyó al final de la guerra fría que, en Italia, «la CIA gozó de la mayor libertad» debido al hecho que, durante la I República, Italia había vivido «en una situación de división difícil e incluso trágica».
En el marco de aquella división se enfrentaban las dos ideologías dominantes de la guerra fría. A la izquierda, estaba el muy popular e influyente PCI (Partido Comunista Italiano, secretamente financiado por la URSS) y el poderoso Partido Socialista [1] mientras que del otro lado del tablero actuaban la CIA, los servicios secretos militares italianos y el ejército que estos habían conformado bajo la apelación Gladio, así como diversos movimientos terroristas de extrema derecha, que gozaban todos del apoyo político de la conservadora DCI [2].
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Italia del dictador fascista Benito Mussolini había conformado una alianza con Hitler. Después de la derrota de las potencias del Eje, el presidente estadounidense Franklin Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el principal dirigente de la URSS Josef Stalin se reunieron en Yalta (Crimea), en febrero de 1945, para discutir el destino de Europa y tomaron la decisión, crucial para Italia, de incluir esa península en la esfera de influencia estadounidense. En sus esfuerzos por limitar el poder de los comunistas, la CIA no vaciló en aliarse con la mafia y con los terroristas de extrema derecha. El agente de la CIA Victor Marchetti explicó al respecto: «La CIA se apoyó en el anticomunismo visceral de la mafia para controlar Italia» [3].
Incluso antes del fin de la guerra, el propio jefe de la OSS en Italia, Earl Brennan, había mediado ante el secretario estadounidense de Justicia para que éste último redujera la pena de 50 años de cárcel contra Charles «Lucky» Luciano. Su objetivo era poner en práctica un acuerdo secreto. A cambio de su libertad, Luciano proporcionaba al ejército estadounidense una lista de los más influyentes mafiosos sicilianos que apoyarían el desembarco estadounidense de 1943 en Sicilia [4].
Después de la guerra, la CIA «puso especial interés en conservar aquella amistad secreta con la mafia siciliana» y fue así que «en nombre de la lucha contra el comunismo en Italia y en Sicilia, los americanos dejaron la isla en manos del hampa que todavía la controla hoy en día» [5].
Las tropas estadounidenses que liberaron Italia y reemplazaron la dictadura por una frágil democracia fueron recibidas por los italianos con banderas, pan y vino. A pesar de ello, los Aliados «estaban inquietos por la situación política en Italia y sobre todo por la amenaza del partido comunista cuya influencia seguía creciendo, situación que ya habían observado en el pasado en Grecia y en Yugoslavia».

Fue por eso que Londres y Washington decidieron cambiar de política dejando de aportar su ayuda a los partisanos italianos, en su mayoría comunistas, que gozaban de cierto prestigio entre la población debido a su heroica resistencia contra el fascismo. «Ese cambio de política fue vivamente desaprobado» por los oficiales de enlace británicos y estadounidenses que habían luchado tras las líneas enemigas junto a los comunistas italianos y «por los propios italianos» [6].
El descontento creció todavía más cuando los comunistas italianos vieron como sus antiguos aliados reclutaban en secreto a fascistas, notaron la presencia de miembros de la extrema derecha en el aparato del Estado y comprobaron que «el virulento anticomunismo que había servido de base a los fascistas para alcanzar el poder era ahora una cualidad muy apreciada» [7].

«Es probable que grupúsculos de extrema derecha fuesen reclutados e integrados a la red stay-behind para que nos avisaran si se preparaba una guerra», confirmó posteriormente Ray Cline, director adjunto de la CIA desde 1962 hasta 1966, en un reportaje sobre el Gladio. «Desde esa óptica, la utilización de extremistas de derecha, no con fines políticos sino con fines de inteligencia, no me parece representar un problema.» [8]
Sin embargo, en vez de limitarse a la búsqueda de información, esos elementos recibieron realmente las llaves del poder. Estados Unidos convirtió la DCI (la Democracia Cristiana Italiana) en una muralla contra el comunismo, «una colección de colaboracionistas, de monárquicos y de fascistas convencidos» [9].
Alcide De Gasperi, proveniente de la DCI, fue nombrado primer ministro y dirigió 8 gobiernos sucesivos entre 1945 et 1953 [10]. «A falta de una verdadera purga, la vieja burocracia fascista logró mantenerse.» [11]
El primer ministro De Gasperi y el ministro del Interior Mario Scelba supervisaron personalmente «la reintegración de funcionarios profundamente comprometidos con el régimen fascista» [12].

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El príncipe Valerio Borghese, conocido como «el Príncipe Negro», fue uno de los fascistas más notorios reclutados por Estados Unidos.
El príncipe Valerio Borghese, conocido como «el Príncipe Negro», fue uno de los fascistas más notorios reclutados por Estados Unidos. A la cabeza de la Decima MAS (XMAS), una fuerza de élite de 4 000 hombres creada en 1941 y puesta a los órdenes de los nazis, el príncipe había dirigido una campaña de exterminio contra los miembros de la resistencia bajo la República de Saló y se había especializado en la persecución y ejecución de comunistas italianos.
Al final de la guerra fue capturado por los miembros de la resistencia y estaba a punto de ser ahorcado cuando, el 25 de abril de 1945, el almirante Ellery Stone, procónsul estadounidense en la Italia ocupada por los aliados y amigo de la familia Borghese, se puso en contacto con James Angleton, un miembro de la OSS que se convertiría con el tiempo en el más célebre agente de la CIA, y le ordenó que se ocupara de sacarlo de aquella situación. Angleton le proporcionó al Príncipe Negro un uniforme de oficial estadounidense y lo escoltó hasta Roma, donde debía responder por crímenes de guerra.

Gracias a la protección que Estados Unidos le garantizó, Borghese fue finalmente declarado «no culpable» [13]. El agente de la CIA James Angleton fue condecorado con la Legion of Merit del ejército estadounidense por actos «excepcionalmente meritorios» y continuó su carrera en la dirección de contraespionaje de la CIA «convirtiéndose en la encarnación misma del control que ejercía Estados Unidos sobre los movimientos políticos y los grupos paramilitares neofascistas y de extrema derecha de la Italia de postguerra» [14]. Al igual que para muchos otros soldados de la guerra fría, después de la derrota del Eje, «el enemigo simplemente había cambiado de forma a los ojos de Angleton», como escribieron sus biógrafos, «la hoz y el martillo habían reemplazado la cruz gamada» [15].
En 1947 fueron creados en Washington el NSC [National Security Council o Consejo de Seguridad Nacional. NdT.] y la CIA. Debido a «continuos ataques de su poderoso partido comunista», Italia tuvo el triste privilegio de convertirse en teatro de operaciones de una guerra secreta no declarada de la CIA. Era clara la misión de la agencia: impedir que la izquierda italiana ganara las primeras elecciones nacionales de la postguerra, que debían celebrarse el 16 de abril de 1948. El presidente estadounidense Harry Truman estaba muy contrariado porque el PCI, que era el mayor partido comunista de Europa occidental, y el PSI [Partido Socialista Italiano. NdT.] acababan de unirse en una alianza para conformar el Fronte Democratico Populare (FDP).
Basándose en los buenos resultados que la coalición de izquierda había obtenido en las últimas elecciones municipales, en las que la DCI –apoyada por los estadounidenses– a menudo había sido derrotada, los observadores predecían una victoria del FDP en el parlamento. La OPC, el departamento de operaciones especiales de la CIA, que –bajo la dirección de Frank Wisner– había montado la red Gladio, le inyectó entonces 10 millones de dólares al partido demócrata-cristiano.
Al mismo tiempo, comunistas y socialistas fueron blanco de campañas de difamación. Entre otros trucos sucios, la CIA recurrió a la publicación de panfletos anónimos con calumnias sobre la vida sexual y la vida privada de los candidatos del PCI y atribuyéndoles contactos con los fascistas y/o con movimientos anticlericales. La estrategia que consistía en apuntar específicamente a los puestos que podían garantizar una mayoría a la DCI en vez de buscar una amplia victoria funcionó en cada una de las 200 circunscripciones seleccionadas, exceptuando sólo dos de ellas.

La DCI obtuvo finalmente el 48% de los sufragios, obteniendo así 307 escaños en el parlamento, mientras que el FDP tuvo que contentarse con el 31% de los votos y 200 escaños [16].
La brutal represión que dio respuesta a las protestas de la población y de la izquierda en particular dejaron un «número considerable de víctimas durante las manifestaciones y las ocupaciones de locales» [17].
El presidente Truman quedó satisfecho con los resultados obtenidos y se convirtió en un adepto de las operaciones clandestinas. En su famosa «Doctrina Truman» de marzo de 1947 había especificado: «No debemos reconocer ningún gobierno impuesto a una nación por una fuerza o una potencia extranjera», basando así la política exterior de Estados Unidos en «el Derecho y la Justicia» y rechazando todo «compromiso con el mal» [18].

Sin embargo, si las elecciones italianas hubiesen terminado con otro resultado que no fuese una victoria de la DCI, que gozaba del apoyo de Estados Unidos, Italia se habría visto sumida en la guerra civil, al igual que Grecia. Durante las elecciones y después de éstas, naves de guerra estadounidenses patrullaban frente a las costas de la península y fuerzas terrestres se mantuvieron en estado de alerta. George Kennan, jefe del buró de planificación política del Departamento de Estado encargado de desarrollar los programas a largo plazo que debían posibilitar la obtención de los objetivos [estadounidenses] en materia de política exterior, aconsejaba pura y simplemente una intervención militar de Estados Unidos en caso de victoria de los comunistas en las elecciones [19].
Después de las revelaciones sobre el Gladio, el presidente italiano Francesco Cossiga confirmó que una facción paramilitar de la DCI estaba lista para intervenir si aquello hubiese sucedido. Armado con un fusil automático Stern, varios cargadores y «granadas de mano», el propio Cossiga formaba parte del comando. «Yo estaba armado hasta los dientes y no era el único.» El armamento de los paramilitares de la DCI había sido «comprado gracias al dinero puesto a su disposición por el partido» [20].

Después de lograr apartar al PCI del gobierno, la Italia gobernada por la DCI proestadounidense fue invitada, el 4 de abril de 1949, a incorporarse a la OTAN, que acaba de ser creada, en calidad de miembro fundador. Sólo unos días antes, el 30 de marzo de 1949, Italia se había dotado de su primer servicio de inteligencia militar desde 1945, nacido de la colaboración con la CIA. Integrada al ministerio de Defensa, aquella unidad secreta fue bautizada con la apelación SIFAR y puesta bajo el mando del general Giovanni Carlo. Bajo la I República Italiana, el SIFAR se inmiscuyó en numerosas ocasiones en los asuntos políticos de Italia y su división «Buró R» se encargó de comandar el ejército stay-behind anticomunista conocido como Gladio [21]. «La coincidencia entre la adhesión de Italia a la OTAN y el restablecimiento de su capacidad en el campo de la inteligencia está lejos de ser fortuita», observó con toda razón el experto en servicios secretos Philipp Willan, y «nos informa sobre los objetivos fundamentales de los servicios secretos en la Italia de postguerra y sobre las intenciones de quienes permitieron su restablecimiento» [22].
Desde su creación, el SIFAR estuvo «regulado por un protocolo ultrasecreto impuesto por Estados Unidos que constituye una total renuncia a la soberanía nacional». Según ese protocolo, implantado en coordinación con el programa de la OTAN, las obligaciones del SIFAR para con la dirección de la CIA en Estados Unidos incluían el compartir la información que se recogía y observar un derecho de control en cuanto al reclutamiento del personal, que tenía que contar con la aprobación de CIA [23]. En efecto, el SIFAR no era independiente sino que se hallaba bajo el control de la CIA. O más bien, como lo describió Paulo Taviani, ministro italiano de Defensa entre 1955 y 1958, los servicios secretos italianos eran dirigidos y financiados por «por los tipos de la Via Veneto», o sea la CIA y la embajada de Estados Unidos en Roma [24].
Los senadores italianos también notaron esta hegemonía de la CIA: «El Gladio fue creado como resultado de un acuerdo entre dos servicios secretos. Uno de ellos, muy importante, el estadounidense. El otro, mucho menos importante, el italiano» [25].

En 1951, el general Umberto Broccoli fue nombrado director del SIFAR y, en su calidad de miembro de un «Comité Secreto», se reunió regularmente con representantes de la CIA, con el responsable del comando de la OTAN para el sur de Europa y con responsables del ejército, de la Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea de Italia [26]. Debido el temor de la OTAN por la influencia del PCI, el objetivo del SIFAR era garantizar la estabilidad en Italia. El ejército secreto Gladio era su herramienta fundamental para la realización de esa tarea. El 8 de octubre de 1951, Broccoli escribía al ministro de Defensa Efisio Marras sobre el entrenamiento de los miembros del Gladio en el Reino Unido y el suministro de armas y explosivos provenientes de la CIA.
En su carta, el general explicaba que el SIS había ofrecido entrenar a los cuadros del Gladio italiano a cambio de que Italia comprara armamento británico. Por su parte, la CIA proponía proporcionar las armas de forma gratuita, pero no disponía de la capacidad necesaria para garantizar un entrenamiento del nivel que proponían los ingleses.

Los italianos decidieron… no decidir. Enviaron a sus oficiales a recibir la prestigiosa formación de los centros de entrenamiento británicos y concluyeron simultáneamente con Estados Unidos un acuerdo secreto que les garantizaba la entrega gratuita de armas. Aquello no fue del agrado de los británicos. Cuando el general Ettore Musco, sucesor de Broccoli a la cabeza del SIFAR, viajó a Inglaterra para visitar Fort Monckton, el recibimiento fue particularmente frío: «En 1953, los británicos, furiosos de haber sido engañados, le reprocharon al general Musco que “su servicio se había entregado en cuerpo y alma a los estadounidenses”» [27].
En el marco de su trabajo a favor de la política anticomunista secreta de la OTAN, los representantes del SIFAR participaban regularmente en las reuniones sobre el Gladio con el comando de la OTAN, el ACC y el CPC [28]. Poco antes de dejar sus funciones, el presidente Cossiga afirmó en una entrevista de televisión que el ejército secreto Gladio había nacido en Italia, en 1951, debido al temor «por lo que pudiera pasar si Europa era invadida». «Se decidió que 3 países, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, serían miembros permanentes y que los demás serían miembros asociados, lo cual incluía a Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Grecia y Turquía», explicó Cossiga al referirse al CPC, el comité de dirección de la red Gladio. «Italia fue invitada a participar en calidad de miembro asociado. Declinó la proposición y pidió convertirse en miembro permanente pero no recibió respuesta en aquel momento. En 1956, Alemania se unió al grupo.» El presidente insistía en el secreto que rodeaba aquellas operaciones: «La línea de conducta de la OTAN consistía en negar la existencia de todo lo que se había decidido mantener en secreto.» [29]
En un documento altamente secreto del NSC (el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense), firmado por el propio Truman el 21 de abril de 1950, el presidente subrayaba que «Italia es la llave de la seguridad americana», Estados Unidos debe por lo tanto «estar dispuesto a utilizar todo su poder político, económico y, de ser necesario, militar» para combatir al PCI [30]. «En caso de que los comunistas lograsen entrar al gobierno de forma democrática o si ese gobierno tuviese que dejar de oponerse firmemente al comunismo dentro y fuera del país, Estados Unidos tiene que prepararse para tomar las medidas necesarias», señalaba Truman e incluso mencionaba explícitamente la posibilidad de una invasión si «parte del territorio italiano cayese bajo el dominio comunista como consecuencia de una insurrección armada».
Al aproximarse las elecciones, el plan concebido por Estados Unidos preveía: como fase 1, el fortalecimiento de «la presencia militar americana en el Mediterráneo»; fase 2, «la fase de alerta», las tropas estadounidenses tenían que invadir Italia a «petición del gobierno italiano y después de consultar con Gran Bretaña y con los demás países de la OTAN». Tenían que desplegarse «en las zonas de la península bajo control del gobierno en una demostración de fuerza». Y finalmente estaba la «fase 3, alerta roja: las fuerzas armadas [estadounidenses] con efectivos suficientes» tenían que «desembarcar en Sicilia y/o en Cerdeña» con el objetivo «de ocupar y defender el territorio contra la resistencia comunista local» [31].
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¿Fue la CIA demasiado lejos? se pregunta la publicación estadounidense «Time» en su edición del 30 de septiembre de 1974. William Colby, entonces director de la agencia, había organizado el Gladio en Italia.
Los temores de Washington aumentaron aun más durante las elecciones de junio de 1953 cuando la DCI, a pesar de las operaciones especiales de la CIA, obtuvo solamente 261 escaños en el parlamento, o sea 46 escaños menos que en 1948. Mientras tanto, la coalición de izquierda obtenía 218 escaños, con el 35% de los sufragios. La CIA intensificó su guerra secreta ya que «había razones para temer que si proseguía aquella tendencia observada entre 1948 y 1953 (…) la coalición que conformaban los comunistas y los socialistas acabaría convirtiéndose en la principal fuerza política del país», según el análisis de William Colby, posteriormente designado para dirigir la CIA bajo la presidencia de Nixon [32].
En primer lugar, se decidió que había que poner un jefe más agresivo a la cabeza del SIFAR. En 1955, Carmel Offie, alto responsable de la CIA y cercano colaborador del entonces director de la agencia, Allen Dulles, viajó a Italia donde, junto con el director de la estación de la CIA en aquel país, el COS [Chief of Station, en español Jefe de Estación. NdT.] Gerry Miller, puso en manos de Claire Boothe Luce, la hermosa embajadora de Estados Unidos en Roma, la misión de convencer al ministro de Defensa italiano Emilio Taviano para que nombrara el general Giovanni De Lorenzo a la cabeza del SIFAR. Al año siguiente, De Lorenzo, feroz adversario del comunismo y defensor de las ideas de Washington, asumía la dirección del SIFAR y de sus ejércitos secretos [33].
Con su bigote, sus espejuelos y su aire militar, De Lorenzo era la imagen misma del general a la antigua. En un documento altamente secreto, con fecha del 26 de noviembre de 1956 y firmado de su puño y letra, el jefe del SIFAR menciona «acuerdos anteriores» concluidos entre la CIA y sus servicios y precisa que la Operación Gladio va por buen camino. [34]
Este documento, que contiene datos altamente sensibles, no fue revelado a los senadores italianos a cargo de la investigación parlamentaria. «El acuerdo concluido entre el SIFAR y la CIA en 1956 sobre la organización stay-behind no puede hacerse público en este momento ya que se trata de un acuerdo bilateral clasificado como altamente secreto», explicó el almirante Fulvio Martin, director del SIFAR, a los asombrados senadores que habían creído, erróneamente, que el SIFAR tenía que rendir cuentas ante el parlamento italiano, no ante la CIA. «La desclasificación del documento, que ya solicité el 13 de diciembre de 1990», precisó el almirante, «exige obligatoriamente la conformidad de la otra parte implicada». [35].

Entre los proyectos prioritarios del SIFAR, el general De Lorenzo incluyó la construcción de un nuevo cuartel general para el ejército secreto, proyecto al que la CIA no vaciló en destinar 300 millones de liras. Estadounidense e italianos habían decidido que, por razones de discreción y de funcionalidad, el nuevo centro del Gladio no debía construirse en territorio continental sino en una de las grandes islas de la costa occidental de Italia. Se seleccionó Cerdeña y se compró el terreno. El coronel Renzo Rocca, jefe del Buró R que dirigía el Gladio local, fue el encargado de supervisar la construcción de la nueva base en la que los soldados anticomunistas iban a recibir su equipamiento y a entrenarse con instructores de las Fuerzas Especiales estadounidenses y británicas [36].
El «Centro de Entrenamiento para Sabotaje» (en italiano CAG) estaba en Cabo Marragiu, cerca de un pueblo llamado Alghero. Tras los muros y las cercas electrificadas se construyeron un pequeño puerto y varios búnkeres subterráneos, se instalaron poderosos transmisores de radio de largo alcance así como instalaciones submarinas destinadas al entrenamiento de los buzos de combate, además de dos pistas cortas de aterrizaje y un helipuerto. A esto se agregaron otros edificios destinados al entrenamiento en el uso de armas y explosivos y la formación ideológica [37].

«Fui por primera vez a Capo Marragiu en 1959», declaró en su testimonio el miembro del Gladio Ennio Colle, después del descubrimiento de los ejércitos secretos. El 27 de noviembre de 1990, Colle recibió una carta del director del SISMI informándole que «el ejército secreto había sido disuelto».
El ex combatiente afirmó que los miembros de la unidad especial eran mantenidos en la ignorancia en cuanto a la dimensión internacional de la red y que ignoraban dónde se habían entrenado: «Yo no sabía dónde me hallaba ya que nos transportaban en aviones que tenían las ventanillas tapadas.» Decimo Garau, instructor del CAG y entrenado a su vez en Gran Bretaña, confirmó a periodistas que los miembros del Gladio italiano eran mantenidos en la oscuridad, en el sentido literal: «Llegaban a bordo de un avión enmascarado y los llevaban después en vehículos con los cristales tapados que los dejaban en su alojamiento. Entonces comenzaba el entrenamiento.» [38]

«En resumen, mi trabajo consistía en impedir que los comunistas lograran apoderarse de Italia en las próximas elecciones de 1958», escribió en sus memorias el agente de la CIA William Colby. Durante el otoño de 1953, Colby fue enviado a Roma, donde debía ponerse a las órdenes del COS Gerry Miller. Los ejércitos secretos Gladio debían permitirle a la CIA «evitar que las defensas militares de la OTAN se vieran bloqueadas políticamente por una quinta columna subversiva, el Partito Communista Italiano (o PCI)» en el marco de lo que Colby describe como «el más amplio programa de acción política clandestina que la CIA haya emprendido jamás».
Al igual que los comunistas, los socialistas italianos también sufrían los ataques de la CIA, que orquestaba campañas de difamación contra ellos mientras que seguía financiando la DCI. «No íbamos a abandonar a la DCI, que teníamos controlada, por los imprevisibles socialistas.» Las maniobras de Colby dieron resultado y en 1958 la DCI consolidó su poder con el 42% de los votos y 273 escaños mientras que los comunistas, con su 23%, tenían que conformarse con 140 escaños y los socialistas con 84. [39]

Colby compartía el entusiasmo del presidente Dwight Eisenhower por las operaciones secretas debido al éxito de los golpes de Estados, organizados conjuntamente con el MI6, que derrocaron los gobiernos de Mossadegh en Irán, en 1953, y de Arbenz en Guatemala, al año siguiente. En Italia, la manipulación de las elecciones y el financiamiento secreto de la DCI «eran tan eficaces que incluso los que se beneficiaban con nuestra ayuda ignoraban a veces su procedencia», dijo Colby, no sin cierto orgullo.
«Las operaciones políticas que la CIA realizó en Italia y en otros países durante los siguientes años, por ejemplo en Chile, son hoy objeto de críticas vehementes», observa Colby retrospectivamente. «Ya no se puede negar hoy la ilegalidad de ese tipo de “injerencia”. Las leyes en vigor en la mayoría de los países del mundo, incluso en Estados Unidos, prohíben que cualquier gobierno extranjero se inmiscuya en el proceso político interno del país en cuestión.» Este veterano de la guerra fría sostiene sin embargo que «ayudar a los movimientos democráticos italianos a responder a una campaña de subversión prosoviética se justifica moralmente» [40].

A través de la acción secreta, el Pentágono, que visiblemente compartía ese punto de vista, ordenó a la CIA la realización de la «Operación Demagnetize». Se trataba de la realización, en colaboración con los servicios secretos militares franceses e italianos, de «operaciones políticas, paramilitares y sicológicas» tendientes a debilitar a los comunistas en ambos país. La orden directiva del Joint Chiefs of Staff, con fecha del 14 de mayo de 1952, subrayaba: «Limitar la influencia de los comunistas en Italia y en Francia es un objetivo prioritario. Debe ser alcanzado por todos los medios» incluyendo el recurso a una guerra secreta y a operaciones terroristas. «No es indispensable que los gobiernos italianos y franceses sean informados del plan “Demagnetize” ya que este pudiera ser visto como una violación de su soberanía nacional.» [41]
Después del envío de Colby a Vietnam, el director del SIFAR De Lorenzo prosiguió su lucha contra el PCI y el PSI. Un documento altamente secreto titulado Las Fuerzas Especiales del SIFAR y la Operación Gladio y fechado el 1º de junio de 1959 describía cómo el programa de guerra no convencional de la OTAN y las operaciones secretas anticomunistas se hallaban bajo la coordinación del CPC, que a su vez estaba estrechamente vinculado al SHAPE [42].
Indicaba que, además de una invasión soviética, la OTAN temía también «una subversión interna» y, especialmente en Italia, un avance del partido comunista. «A nivel nacional, la posibilidad de una situación de emergencia como la que se describe anteriormente ha sido y sigue siendo lo que justifica las actividades especiales del SIFAR.
Estas son realizadas por la sección SAD del Buró R», especificaba el documento, que se refería así al ejército Gladio. «Paralelamente a esa resolución, el director del SIFAR ha decidido, con la aprobación del ministro de Defensa [italiano], confirmar los acuerdos anteriores concluidos sobre ese tema entre los servicios secretos italianos y estadounidenses, conforme al principio de colaboración mutua conveniado en el marco de las actividades S/B (stay-behind)», con vistas a realizar una operación conjunta.» Como conclusión, el general De Lorenzo precisaba que los acuerdos del 26 de noviembre de 1956 entre la CIA y el SIFAR constituían «el documento de referencia de la Operación “Gladio” (nombre que se daba a las operaciones desarrolladas por los dos servicios secretos)» [43].

Con la elección de John F. Kennedy como presidente, en enero de 1961, la política de Estados Unidos hacia Italia se modificó ya que, contrariamente a sus predecesores Truman y Eisenhower, Kennedy no abrigaba hostilidad alguna hacia el PSI. El nuevo presidente estadounidense compartía un análisis de la CIA según el cual «el avance de los socialistas, incluso sin intervención externa, prueba que, en Italia, la sensibilidad de izquierda tiende hacia una forma democrática de socialismo» [44].
Sin embargo, las ambiciones reformistas de Kennedy encontraron la tenaz resistencia del Departamento de Estado y de la CIA. El secretario de Estado Dean Rusk informó con horror al presidente que Riccardo Lombardi, del PSI, había reclamado públicamente el reconocimiento de la República Popular China y la retirada de las bases militares estadounidenses de Italia, incluyendo la de la OTAN, situada cerca de Nápoles, y que había declarado además que el capitalismo y el imperialismo eran enemigos que había que combatir. «¿Ese es el partido con el que Estados Unidos debe negociar?» [45]
En Roma, el embajador Frederick Reinhardt y el COS Thomas Karamessines discutían sobre cómo detener a Kennedy. Se dirigieron a Vernon Walters, de la CIA, un convencido partidario de la lucha anticomunista, quien «había participado directa o indirectamente en más golpes de Estado que cualquier otro en la administración estadounidense». [46] Declaró que si Kennedy permitía que el PSI ganara las elecciones, Estados Unidos tendría que invadir Italia. Más sutilmente, Karamessines sugería fortalecer los movimientos que se oponían a la izquierda en Italia [47]. «Aquello llevó a una situación absurda en la que el presidente Kennedy se encontraba en oposición con su secretario de Estado y con el director de la CIA.» [48]
Kennedy acababa de permitir que Italia se inclinara hacia la izquierda. Al recibir los socialistas varias carteras ministeriales, los comunistas italianos también exigieron entrar al gobierno, invocando para ello los buenos resultados que habían obtenido en las elecciones. En mayo de 1963, el sindicato de trabajadores de la construcción organizó en Roma una manifestación con esa demanda. Aquello inquietó a la CIA que encargó a miembros del ejército secreto Gladio vestidos de policía y de paisano la tarea de reprimir aquellos movimientos. Más de 200 manifestantes resultaron heridos [49]. Pero, para Italia, lo peor estaba por llegar.
En noviembre de 1963, el presidente Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, en extrañas circunstancias. Cinco meses más tarde, la CIA, el SIFAR, el ejército secreto Gladio y los carabineros protagonizaron un golpe de Estado que obligó a los socialistas a renunciar a sus ministerios.
Aquel golpe de Estado, designado como «Piano Solo», estaba dirigido por el general Giovanni De Lorenzo, el ex jefe del SIFAR, quien había sido nombrado jefe de los carabineros por orden del ministro de Defensa Giulio Andreotti, un democratacristiano. En estrecha colaboración con el experto en guerra secreta de la CIA, Vernon Walters; con el jefe de la estación CIA en Roma, William Harvey, y con el comandante de las unidades del Gladio en el seno del SID, Renzo Rocca, el general De Lorenzo intensificó la guerra clandestina. La primera vez que Rocca utilizó su ejército secreto fue para volar las oficinas de la DCI y la sede de varios periódicos, para atribuir la acción a la izquierda con vistas a desacreditar a los comunistas y los socialistas [50].

El 25 de marzo de 1964, como el gobierno todavía no se tambaleaba, De Lorenzo ordenó a sus soldados de las sombras «ocupar a su señal las agencias gubernamentales, los principales centros de comunicaciones, las sedes de los partidos de izquierda, los locales de las publicaciones más favorables a la izquierda así como los edificios de la radio y de la televisión. Las agencias de prensa debían ser tomadas únicamente durante el tiempo necesario para destruir las rotativas e impedir la publicación de los periódicos» [51].
De Lorenzo insistió en que la operación se realizara «con la mayor determinación y vigor posibles sin dejar lugar a la vacilación o la duda» y, según los términos del informe de la investigación sobre el Gladio, logró que sus soldados actuaran «rabiosos y exaltados» [52].

Los miembros del Gladio, a los que se había entregado una lista de varios centenares de nombres, tenían orden de perseguir a los socialistas y comunistas que figuraban en ella, arrestarlos y deportarlos a Cerdeña, donde serían encarcelados en el CAG [el Centro de Entrenamiento para Sabotaje del SIFAR]. El documento titulado Las Fuerzas Especiales del SIFAR y la Operación Gladio especificaba que: «Al igual que el cuartel general de Operaciones, el Centro de Entrenamiento para Sabotaje CAG está protegido por un sistema de seguridad particularmente eficaz y equipado de instalaciones y de equipamiento especialmente concebidos para los casos de urgencia» [53]. En una atmósfera de gran tensión, el ejército secreto se preparaba para entrar en acción.
El 14 de junio de 1964, De Lorenzo dio la orden de inicio y penetró en Roma con blindados, transportes de tropas, jeeps y lanzagranadas mientras que las fuerzas de la OTAN realizaban en la región maniobras militares de gran envergadura cuyo objetivo era intimidar al gobierno italiano. Hábilmente, el general De Lorenzo afirmó que aquella demostración de fuerza tenía lugar la víspera del aniversario 150 de la creación del cuerpo de carabineros y, en compañía del presidente italiano Antonio Segni, proveniente del ala derecha de la DCI y fanático anticomunista, asistió radiante al desfile de las tropas. Los socialistas italianos notaron que, contrariamente a lo acostumbrado, los tanques y los lanzagranadas no se retiraron al terminar el desfile sino que se mantuvieron desplegados en Roma durante todo el mes de mayo y parte del mes de junio de 1964 [54].
Extremadamente inquieto ante aquella situación, el primer ministro Aldo Moro se reunió en secreto con el general De Lorenzo, en Roma. Fue, naturalmente, una «entrevista muy inhabitual entre un primer ministro que se hallaba en el ojo de una tormenta política y un general que soñaba con reemplazarlo para instaurar un régimen político más autoritario» [55].
Después de aquella entrevista, los socialistas abandonaron sus ministerios sin protestar y propusieron a sus representantes más moderados para conformar el segundo gobierno de Aldo Moro. «Aquellos partidos políticos comprendieron de pronto que podían ser expulsados del poder. De producirse un vacío del poder debido a un fracaso de la izquierda, la única alternativa habría sido un gobierno de crisis», recordó años más tarde el socialista Pietro Nenni, «y en el contexto político del país aquello hubiera significado un gobierno de derecha» [56].

Después de aquel golpe, se procedió a esconder las huellas del Gladio. Años después, en julio de 1968, varios investigadores quisieron interrogar al comandante Renzo Rocca. Aquel miembro del Gladio dijo que estaba dispuesto a cooperar, pero el día antes de su comparecencia apareció muerto, con una bala en la cabeza, en su apartamento de Roma. Un juez que trató de aclarar el asesinato fue despojado del expediente por sus superiores [57]. «No cabe duda que aquella operación favorecía los intereses que perseguían ciertos servicios de la administración estadounidense», se vieron obligados a reconocer los investigadores mientras que el historiador Bernard Cook observó muy justamente que Piano Solo «llevaba la marca del Gladio» [58].
Como consecuencia del descubrimiento de los ejércitos secretos, Ferraresi, un especialista en ese tema, concluye que «por fin se reconoce hoy la naturaleza verdaderamente criminal de ese plan» y denuncia las dramáticas consecuencias que tuvo la Operación Piano Solo, que «contrarrestó e hizo fracasar los esfuerzos de la primera coalición de izquierda –quizás el único intento real de proyecto reformador en la Italia de postguerra» [59].
Además de fomentar el golpe de Estado, el general De Lorenzo también espiaba, por orden del jefe de estación de la CIA en Roma Thomas Karamessines, a toda la clase dirigente italiana. Se interesaba especialmente en los «comportamientos anormales», o sea las relaciones extraconyugales, homosexuales y la utilización del sexo rentado, con hombres o mujeres.

En la florida jerga de Langley, aquello permitía que la CIA y el SIFAR tuvieran a las élites italianas agarradas «por las pelotas». Amenazándolos con revelar ciertas informaciones comprometedoras, [la CIA y el SIFAR] pudieron presionar durante años a políticos, eclesiásticos, hombres de negocios, responsables sindicales, periodistas y magistrados. De Lorenzo llegó incluso a instalar micrófonos en el Vaticano y en el palacio del primer ministro, permitiendo así a la CIA escuchar y grabar las conversaciones hasta en las más altas esferas del poder italiano.
La revelación de la existencia de los ejércitos secretos provocó considerable conmoción entre la población [italiana] y una investigación parlamentaria reveló la existencia de expedientes muy documentados sobre las vidas de más de 157 000 ciudadanos italianos. Algunos de esos expedientes eran enormes. El del profesor Amintore Fanfani, un senador de la DCI que había ocupado muy altos cargos, incluyendo el de primer ministro, se componía de 4 volúmenes, cada uno de ellos del grosor de un diccionario.

«Se espiaba a la gente con cámaras capaces de filmar primeros planos a muy grandes distancias, se controlaba su correspondencia, se grababan sus conversaciones y se acumulaban fotografías sobre sus relaciones extraconyugales o sus hábitos sexuales.» La comisión parlamentaria que presidía el general Aldo Beolchini confirmó también que «se conservaban de forma prioritaria los datos que podían proporcionar un medio de presión» [60].
Al declarar ante los investigadores, De Lorenzo se vio obligado a reconocer que había conformado expedientes por orden de Estados Unidos y de la OTAN [61].
Esa confesión provocó la indignación de los parlamentarios que componían la comisión. «Lo más grave de este asunto», insistieron los miembros de la comisión investigadores, «es que la búsqueda de información por cuenta de los países de la OTAN y del Vaticano se convirtió en una de las principales actividades del SIFAR». Los senadores estaban verdaderamente indignados. «Esta situación viola la Constitución. Es una violación comprobada de la soberanía nacional, una violación de los principios de libertad y de igualdad de los ciudadanos y una amenaza constante para el equilibro democrático de nuestro país.» [62]

La guerra secreta de la CIA quedaba, en cambio, fuera del campo de investigación de los parlamentarios italianos. Después del escándalo, el SIFAR fue rebautizado como SID y se confió su dirección al general Giovanni Allavena. El parlamento ordenó a De Lorenzo la destrucción de todos los expedientes secretos. De Lorenzo aplicó la orden… no sin tomar la precaución de entregar copia al representante local de la CIA Thomas Karamessines y al general Giovanni Allavena, el nuevo jefe de los servicios secretos italianos. Se trataba de un regalo de inestimable valor que permitía controlar Italia desde adentro.
En 1966, Allavena fue reemplazado en sus funciones por el general Eugenio Henke, pero no por ello renunció a la lucha anticomunista. En 1967 fue admitido en una logia masónica anticomunista secreta llamada «Propaganda Due» [Conocida en español como la logia Propaganda Dos. NdT.], o P2, y le entregó a su Venerable [Jefe de la logia P2], Licio Gelli, una copia de los 157 000 expedientes secretos.
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El Venerable Licio Gelli.
Años más tarde se descubrió hasta qué punto el Venerable de la logia Propaganda Due, Licio Gelli, y la CIA habían manipulado la vida política italiana con el objetivo de impedir que los comunistas tuviesen acceso al poder. Nacido en 1919, Gelli había recibido solamente una educación muy somera ya que fue expulsado de la escuela a los 13 años por golpear al director. A los 17 años se enroló en los Camisas Negras y participó en la guerra de España del lado de los franquistas. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en la Waffen SS de Hermann Goering como sargento mayor y, al final del conflicto, escapó a la justicia de los partisanos de la izquierda italiana uniéndose al ejército estadounidense.
Frank Gigliotti, miembro de la logia masónica estadounidense reclutó personalmente a Gelli y le confió la misión de instaurar un gobierno paralelo anticomunista en Italia con la ayuda de la estación de la CIA en Roma. Según un informe interno del antiterrorismo italiano, «Fue Ted Shackley, el hombre que dirigió todas las operaciones secretas de la CIA en Italia en los años 1970, quien le presentó el jefe de la logia masónica a Alexander Haig». El general Haig, consejero militar de Nixon y jefe de las tropas estadounidenses en Vietnam antes de ocupar el cargo de SACEUR de la OTAN entre 1974 y 1979, y el consejero para la Seguridad Nacional Henry Kissinger «autorizaron a Gelli, en el otoño de 1969, a reclutar dentro de su logia a 400 oficiales superiores del ejército italiano y de la OTAN» [63].
Durante todo el periodo de duración de la guerra fría, Gelli mantuvo excelentes relaciones con los Estados Unidos. En señal de confianza y respeto, en 1974 Gelli fue invitado a asistir a la ceremonia de investidura del presidente Gerald Ford, y también a la de Carter, 3 años después. Cuando Ronald Reagan resulto electo para ocupar la Casa Blanca, en 1981, Gelli recibió con orgullo la invitación a sentarse en la primera fila. Era el hombre de Washington en Italia y, a su modo de ver, él estaba protegiendo al país del peligro que representaba la izquierda y afirmaba que por ello «se merecía una medalla» [64].
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Recibo por el pago de la cuota anual y la iniciación de Silvio Berlusconi como miembro de la venerable logia Propaganda Due, afiliada al Gran Oriente de Italia.
En abril de 1981, en el marco de una investigación criminal, magistrados milaneses realizaron un registro en la residencia de Licio Gelli en Arezzo y descubrieron allí los expedientes de la logia P2, cuya existencia se ignoraba hasta aquel momento. Una investigación parlamentaria dirigida por Tina Anselmi reveló posteriormente, para sorpresa del pueblo italiano, que la lista de miembros de la logia anticomunista secreta P2 incluía al menos 962 nombres y estimaba los efectivos de la organización en alrededor de 2 500 personas.
En aquel verdadero «Who’s Who en Italia» no sólo se encontraban los individuos más conservadores sino también los más influyentes del país: 52 oficiales superiores del cuerpo de carabineros, 50 altos oficiales del ejército italiano, 37 responsables de la brigada financiera, 29 oficiales superiores de la Marina italiana, 11 prefectos de policía, 70 industriales extremadamente ricos y poderosos, 10 directores de bancos, 3 ministros en funciones, 2 ex ministros, 1 presidente de partido político, 38 miembros del parlamento y 14 altos magistrados. En la lista figuraban también individuos situados en categorías un poco más bajas dentro de la jerarquía social, como alcaldes, directores de hospitales, abogados, notarios y periodistas. El nombre más célebre que figuraba en aquella lista es el de Silvio Berlusconi, electo presidente del Consejo en mayo de 2001 –¡Vaya coincidencia!–, casi exactamente 20 años después del descubrimiento de la existencia de Propaganda Due [65].
«Hemos llegado a la conclusión definitiva de que la soberanía italiana está limitada por la injerencia de los servicios secretos estadounidenses y de la masonería internacional», declaró Antonio Bellochio, miembro comunista de la comisión Anselmi, quien también deploró, en época de la presidencia de Reagan, que los parlamentarios no se hubiesen ocupado de investigar además los vínculos que unían a la logia P2 con Estados Unidos. «Si la mayoría de los miembros de la comisión hubiera aprobado nuestro análisis, no hubiesen tenido otro remedio que admitir que no son más que títeres en manos de los estadounidenses y dudo que lo acepten.» [66]
El informe de la investigación resaltaba también que si bien la masonería estaba presente en Alemania, España, Francia, Argentina, Australia, Uruguay, Irlanda, Grecia, Indonesia y en la mayoría de los países del mundo, su verdadera casa madre se encontraba en Estados Unidos, donde contaba no menos de 5 millones de miembros [67].

«Si la democracia es un sistema de reglas y de procedimientos que definen el marco de la acción política, ¿qué sucede cuando se inserta otro sistema, con sus reglas misteriosas, sus procedimientos ocultos, su inmenso poder y su capacidad para protegerse de las instituciones legales tras un muro de secreto?», se interrogaban los parlamentarios al denunciar también «la peligrosidad de ese tipo de actividad extraparlamentaria» [68].
El gobierno paralelo anticomunista P2 y el ejército paralelo anticomunista Gladio, financiados ambos por Estados Unidos, trabajaron en estrecha colaboración durante la I República Italiana. Licio Gelli, quien después del descubrimiento de la logia P2 logró escapar al arresto refugiándose en Sudáfrica, confirmó con orgullo al final de la guerra fría que el ejército secreto se componía de anticomunistas furibundos. «Buena parte de ellos habían combatido como mercenarios en la guerra civil española o habían servido bajo la república fascista de Saló.
Sólo reclutaban anticomunistas comprobados. Sé que se trataba de una organización muy estructurada. Si la influencia de los comunistas se hubiese extendido en Italia, nosotros –con la ayuda de los estadounidenses– habríamos librado una nueva guerra con las armas que nos habrían sido proporcionadas en grandes cantidades.» [69]
Los miembros del Gladio estaban bien pagados, explicó Gelli, ya que Estados Unidos invertía en abundancia en la red: «Los estadounidenses les ofrecían mucho dinero, el equivalente de un salario muy bueno. Además, garantizaban un apoyo financiera a las familias de los miembros del Gladio muertos en combate.» [70]

Gelli explica también la doble función del ejército secreto: «El objetivo del Gladio y de las organización similares que existían en todos los países de Europa occidental era contrarrestar una invasión del Ejército Rojo o un posible golpe de Estado de un partido comunista.» «El hecho que el PCI nunca lograra llegar al poder en todos estos años, a pesar de sus repetidos intentos, se debe a la organización Gladio.» [71]
Haciendo referencia de forma implícita a los numerosos atentados perpetrados en Italia, el documentalista Francovich le preguntó a Gelli: «¿Hasta dónde estaban ustedes dispuestos a llegar en su campaña contra el comunismo?» A lo que Gelli respondió vagamente: «Ah, el comunismo era el enemigo número 1. [Silencio] Nosotros éramos una asociación de creyentes. No tolerábamos a los no creyentes. Queríamos frenar el impulso del comunismo, erradicar el comunismo, combatir el comunismo.» [72]
Como después de la muerte de Kennedy y durante la presidencia de Lyndon Johnson, los comunistas y los socialistas italianos seguían gozando de gran popularidad y seguían obteniendo buenos resultados en las elecciones, la derecha italiana y la CIA prosiguieron su guerra secreta. En 1965, después del éxito de la Operación Piano Solo, el comandante del Gladio Renzo Rocca organizó, por orden de la CIA y del SIFAR, un congreso de la extrema derecha en Roma sobre el tema de «la contrarrevolución armada» y «la defensa de Italia contra el comunismo por todos los medios necesarios».
El Instituto Alberto Pollio, un grupo de reflexión de derecha, sirvió de cobertura al SIFAR y a la CIA para la celebración del congreso en el lujoso hotel Parco del Principi, en Roma, del 3 al 5 de mayo de 1965. Los militantes de extrema derecha allí presentes concluyeron que «la Tercera Guerra Mundial ya comenzó, aunque se esté librando a un bajo nivel de intensidad militar». Entre los oradores, Eggardo Beltrametti subrayaba que: «Es una lucha a muerte y estamos decididos a erradicar el comunismo por todos los medios. Preferiríamos conformarnos con métodos no violentos, pero no podemos excluir el considerar otras formas de lucha.» [73]

La investigación del parlamento italiano permitió descubrir que los participantes de la tristemente célebre conferencia del Parco dei Principi se habían referido sistemáticamente a una misteriosa organización militar paralela, de la que más tarde se supo que se trataba del Gladio [74].
Richard Nixon, quien se convirtió en presidente de los Estados Unidos en enero de 1969, y Richard Helms, director de la CIA de junio 1966 a febrero de 1973, quien organizó el golpe de Estado que puso al dictador Pinochet en el poder en Chile, compartían el análisis de la extrema derecha italiana.
En efecto, los agentes de la CIA en Roma vivieron una nueva pesadilla durante las elecciones de 1968, cuando la DCI resultó nuevamente derrotada por la alianza de socialistas y comunistas mientras que las manifestaciones no violentas contra la guerra de Vietnam iban en aumento en las calles.

La respuesta se produjo en la noche del 7 diciembre de 1970, cuando Junio Valerio Borghese, el célebre fascista italiano que James Angleton había salvado en 1945, dio comienzo al segundo golpe de Estado del Gladio, con el apoyo de la CIA. La operación secreta se llamaba «Tora Tora», en referencia al nombre codificado del ataque japonés contra Pearl Harbor que determinó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial el 7 de diciembre de 1941.
La fase final del plan incluía la intervención de los barcos de guerra de la OTAN y de Estados Unidos, que se hallaban en estado de alerta en el Mediterráneo.

Al igual que Piano Solo, la Operación Tora Tora incluía el arresto de los líderes de los sindicatos y de los partidos de izquierda, así como de conocidos periodistas y activistas políticos que serían inmediatamente enviados por mar a Cerdeña y encarcelados en el centro del Gladio. Cientos de hombres armados a las órdenes de Borghese se desplegaron en el país mientras que unidades de élite se concentraban en Roma.
Aprovechando la oscuridad, un destacamento de paramilitares bajo las órdenes del conocido líder de extrema derecha Stefano Delle Chiaie logró tomar el ministerio del Interior, con la complicidad de los guardias. Los conspiradores se apoderaron de 180 metralletas y utilizaron un camión para sacarlas del edificio y hacerlas llegar a sus cómplices. La investigación parlamentaria sobre el Gladio reveló que otra unidad, bajo las órdenes del paracaidista y partidario de la extrema derecha Sandro Saccucci tenía a su cargo el arresto de los funcionarios políticos.
Un tercer grupo armado, que se componía esencialmente de carabineros que ya habían participado en Piano Solo, estaba a la espera en un gimnasio de la Via Eleniana, en Roma, listo para intervenir. En la capital, una unidad clandestina al mando del general Casero debía ocupar el ministerio de Defensa. Bajo las órdenes del general Berti, un escuadrón de hombres armados hasta los dientes y equipados con esposas se encontraba a algunos cientos de metros de los edificios de la televisión y de la radio.
Otro grupo de golpistas, comandado por el general Amos Spiazzi, se disponía a marchar sobre Sesto San Giovanni, un barrio obrero de Milán, feudo del electorado comunista, donde la CIA esperaba encontrar fuerte resistencia [75].

Italia se hallaba al borde del golpe de Estado. Pero nada sucedió. Durante la noche del 7 al 8 de diciembre, poco antes de las 01h00, Borghese, el líder del golpe, recibió una misteriosa llamada telefónica y la operación fue cancelada. Los conspiradores se retiraron de sus estratégicas posiciones y volvieron a sus cuarteles.
En Chile y en Grecia, la extrema derecha había tomado el poder mediante un golpe de Estado, después de un fuerte avance de los partidos de izquierda. ¿Por qué se canceló el golpe en Italia? Varios miembros de la mafia, reclutados por la CIA para que apoyaran a los golpistas, testimoniaron posteriormente que los servicios de inteligencia de la URSS habían descubierto el proyecto y que, como consecuencia de ello, las fuerzas estadounidenses y de la OTAN habían notado la presencia de un gran número de navíos de guerra soviéticos en el Mediterráneo.
«Si se abortó el golpe de Estado y finalmente no se hizo nada fue porque había un gran número de navíos de guerra soviéticos en el Mediterráneo», declaró Tommaso Buscetta, alto miembro de la mafia, ante el juez Giovanni Falcone en 1984 [76].
Otro mafioso, Luciano Liggio, se lamenta de su suerte: «Me dijeron que los servicios secretos y los estadounidenses estaban a favor. Los mandé al diablo y, como consecuencia, me condenaron a cadena perpetua.» [77]

Según el plan que habían trazado la CIA y el príncipe Borghese, el mundo e Italia hubiesen descubierto en la mañana del 8 de diciembre de 1970 que un nuevo régimen autoritario de derecha se había apoderado del poder en la península. «Los principios que rigen nuestra política desde hace 25 años y que nos han puesto al borde de la bancarrota económica y moral han quedado atrás», debía declarar Borghese en una alocución dirigida a la población que iba a transmitirse aquella mañana.
«Las fuerzas armadas, las fuerzas del orden, los hombres más competentes y legítimos de esta nación están con nosotros y, pueden ustedes estar seguros de ello, nuestros peores enemigos, aquellos que han querido someter nuestra patria a las potencias extranjeras, han sido neutralizados.»
Después de aquello, Borghese y sus conspiradores pretendían poner en aplicación su propio programa político que estipulaba «que se mantengan los compromisos militares y financieros con la OTAN y que se trace un plan con vistas al fortalecimiento de la contribución de Italia en la alianza atlántica» ¡sin olvidar la nominación de una delegación especial que viajaría a Estados Unidos para discutir una contribución militar de Italia a la guerra de Vietnam! [78]

¿Quién realizó la misteriosa llamada telefónica que detuvo la marcha del ejército del Gladio poco después de la medianoche? El director de la CIA William Colby insinuó que fue el presidente Nixon en persona. [Colby] escribió en sus memorias: «Por supuesto, [la CIA] intentó un golpe de Estado militar en 1970, por orden directa del presidente Nixon» [79].
Para este presidente republicano, el mundo no era otra cosa que un campo de batalla donde los comunistas amenazaban con imponerse. Es por ello que, en la época de la Operación Tora Tora, y mientras proseguía la guerra contra Vietnam, Nixon bombardeaba también, sin muchos escrúpulos, la vecina Camboya, matando a miles de habitantes de éste último país supuestamente neutral [80].
Remo Orlandini, un rico hombre de negocios cercano a la derecha, afirmó que el presidente de los Estados Unidos también estaba implicado en la Operación Tora Tora. En 1973, en el cuartel general del SID, [Orlandini] sostuvo una discusión cara a cara con el capitán Antonio Labruna.

Cuando éste último lo interrogó sobre «el apoyo del extranjero», la respuesta de Orlandini fue breve pero elocuente: «La OTAN y Alemania, en lo que concierne a los militares porque no confiamos para nada en los civiles.» Labruna insistió: «Necesito nombres y todo lo demás porque yo conozco bastante bien el escenario internacional…». A lo que Orlandini contestó: «Escuche, en América teníamos el apoyo de Nixon y de su gente.» Para Orlandini, la orden que puso fin al golpe del Gladio podía perfectamente provenir de un alto representante de la OTAN: «Por eso le digo que no tiene usted ni la menor idea del alcance y de la importancia de la cosa», repitió ante Labruna [81].
Giovanni Tamburino, magistrado de la fiscalía de Padua, realizó una profunda encuesta sobre la Operación Tora Tora y descubrió, con gran sorpresa y mucho antes de las revelaciones sobre el Gladio, la participación de un misterioso ejército secreto. Ordenó el arresto de Vito Miceli, por entonces jefe del SID, quien había dirigido el Buró de Seguridad de la OTAN en Bruselas.
Tamburino inculpó a Miceli por haber «promovido, instaurado y organizado, con la ayuda de cómplices, una asociación secreta conformada por civiles y militares y destinada a provocar una insurrección armada tendiente a modificar ilegalmente la Constitución y la composición del gobierno» [82].

La información que obtuvo el juez sugería la existencia, en el seno del SID, de una misteriosa organización armada. Como todavía no se conocía la existencia del Gladio, en las audiencias se denominó aquella estructura como «Súper-SID». Durante su juicio, el 17 de noviembre de 1974, Miceli exclamó: «¿Disponía yo de un súper-SID bajo mis órdenes. ¡Por supuesto! Pero no lo monté yo mismo en una noche para dar un golpe de Estado. ¡No hice más que obedecer las órdenes de Estados Unidos y de la OTAN!» [83]
En 1977, mientras se prolongaba el proceso, Miceli no tuvo más remedio que dar una explicación: «Siempre ha existido cierta organización altamente secreta, la conocen los más altos personajes del Estado, activa en el campo de los servicios secretos e implicada en actividades que no tenían nada que ver con la inteligencia (…) Si quieren detalles, no cuenten conmigo.» [84]
En 1990, cuando el primer ministro Andreotti divulgó la existencia del Gladio, Miceli se sintió muy contrariado y hasta el día de su muerto no dejó de criticar aquellas revelaciones [85].

El coronel Amos Spiazzi también fue condenado a prisión por haber reunido a los miembros del Gladio bajo sus órdenes para reprimir a los sindicatos comunistas durante el golpe de Estado de Borghese.
«El día del golpe de Borghese, el 8 de diciembre de 1970, recibí la orden de realizar un ejercicio de mantenimiento del orden público recurriendo a mis hombres de confianza», contaba Spiazzi en un documental de la BBC dedicado al Gladio. «Se suponía que ocupáramos de antemano ciertos lugares que serían particularmente sensibles en casos de sublevación popular», explicaba, al ser entrevistado en su casa, ante una foto en la que él mismo aparecía de uniforme y haciendo el saludo nazi.

«En aquella época, simplemente sabía que existía una estructura que se componía de fervientes anticomunistas, pero que debía activarse sólo en caso de invasión contra el país», precisaba el militante de extrema derecha. «Cuando me arrestaron en 1974, me encontré en una situación delicada. El juez me interrogaba sin descanso. En poco tiempo comprendí que él creía estar descubriendo algo revolucionario o anticonstitucional. Para mí se trataba de una organización de la seguridad nacional.»
El testimonio de Spiazzi era confuso. «El juez pertenecía al mismo sistema que mis superiores. ¿Podía yo decirle ciertas cosas? No, debido al secreto militar.»
Spiazzi solicitó entonces al juez que le permitiera hablar con el director del SID, Vito Miceli, quien le orientó de manera nada hábil que no hablara del Gladio. «Me hizo señas de que no hablara [Spiazzi imitó entonces el gesto que Miceli le hizo con la mano en el tribunal]. Pero el juez vio aquella seña. Su “no” [sobre la existencia del Gladio] equivalía a un “sí”.» [86]

En total, 145 conspiradores que habían participado en la Operación Tora Tora fueron inculpados, pero sólo 78 fueron realmente juzgados. 46 de ellos fueron reconocidos culpables por el Tribunal de Roma, pero todos salieron absueltos después de apelar. Todos los miembros del Gladio quedaron así libres en aquella parodia de proceso.
Para gran contrariedad de la CIA y de la administración Nixon, el frustrado golpe de Estado de la Operación Tora Tora no logró detener a la izquierda italiana. En las elecciones de 1972, la DCI proestadounidense sólo obtuvo, con el 39% de los sufragios, una reducida ventaja frente a los comunistas del PCI y los socialistas del PSI, quienes contabilizaron el 37% [87].
Aquello sucedía a pesar de que, por orden de Nixon, el embajador estadounidense en Roma, Graham Martin, había invertido 10 millones de dólares en operaciones secretas y de corrupción a favor de la DCI, como reveló una investigación parlamentaria estadounidense sobre la CIA dirigida por Ottis Pike. Mientras que Moscú sostenía financieramente al PCI, Washington financiaba a la DCI, como reveló Pike: «La CIA evalúa el monto del financiamiento de de Estados Unidos a campañas electorales durante los últimos 20 años en unos 65 millones de dólares» [88].

Como los comunistas y los socialistas italianos seguían obteniendo muy buenos resultados en las elecciones y disponían de numerosos escaños en el parlamento, lo natural era que se incorporasen al gobierno. Pero el presidente Nixon se oponía firmemente a aquel tipo de apertura hacia la izquierda porque temía que se divulgaran los secretos de la OTAN.
Como consecuencia del escándalo del Watergate, aquel decidido partidario de las operaciones especiales se vio obligado a dimitir el 8 de agosto de 1974. Al día siguiente, al asumir sus [nuevas] funciones en la Casa Blanca, su vicepresidente, Gerald Ford, declaró: «Esta larga pesadilla nacional ha terminado» [89].
Aquellas palabras encontraron eco en Italia, donde muchos esperaban un cambio en la política estadounidense. El ministro interino de Relaciones Exteriores, Aldo Moro de la DCI, y el presidente Giovanni Leone viajaron a Washington en septiembre de 1974 para conversar sobre la entrada de la izquierda italiana al gobierno.

Sus esperanzas fueron barridas de un golpe. Ford perdonó todos los crímenes cometidos bajo la presidencia de Nixon y conservó a los personajes claves de su administración. En medio de un duro enfrentamiento, Henry Kissinger, quien después de haber sido el consejero de Seguridad Nacional de Nixon ocupaba entonces el puesto de secretario de Estado, dijo a los representantes italianos que la izquierda no debía en ningún caso entrar al gobierno.
Italia tenía que mantenerse fuertemente implicada en la OTAN. Aquella visita oficial afectó a Aldo Moro quien, después de las operaciones Piano Solo y Tora Tora, ya no se hacía ilusiones en cuanto a la independencia de la I República Italiana frente a Estados Unidos.

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El primer ministro italiano Aldo Moro, prisionero de las Brigadas Rojas, bajo el ojo vigilante de los servicios secretos de la OTAN.
A su regreso a Italia, Moro estuvo enfermo varios días y evaluó la posibilidad de retirarse por completo de la vida política. «Es una de las pocas veces en que mi marido me comunicó lo que le habían dicho, sin decirme sin embargo de quién venía aquello», testimonió posteriormente Eleonora Moro. «Trataré de recordar sus palabras: “Tiene usted que renunciar a su política consistente en colaborar directamente con cada una de las fuerzas políticas de su país. Hágalo ahora o le costará muy caro.”» [90]
En las elecciones legislativas de junio de 1976, el PCI obtuvo el mejor resultado de su historia, un 34,4%, infligiendo una dura derrota a la DCI. Como consecuencia de ello, Aldo Moro, primer ministro democratacristiano, se decidió a ignorar la prohibición que le habían formulado los estadounidenses.

El 16 de marzo de 1978, con los documentos del «compromiso histórico» (compromesso storico) en su cartera, ordenó a su chofer que lo llevara, junto a sus guardaespaldas, a la sede del parlamento italiano, en Roma, donde tenía decidido presentar su programa de integración de los comunistas al ejecutivo italiano.
El auto de Moro se aproximaba a la intersección de la Via Fani y la Via Stresa, en el barrio residencial donde vivía, cuando un Fiat blanco dio bruscamente marcha atrás y se atravesó en medio de la calle.
El chofer de Moro frenó tan violentamente que el auto de los escoltas impacto el vehículo por detrás. Los 2 ocupantes del auto blanco y otros 4 individuos apostados en la calle abrieron fuego sobre los 5 guardaespaldas de Moro. Éste último, que parecía inquieto desde su regreso de Washington, había solicitado un auto blindado, pero su pedido había sido rechazado.

Las balas atravesaron por lo tanto la carrocería matando instantáneamente a los guardaespaldas. Uno de ellos logró disparar dos veces sobre los atacantes, pero fue ultimado a quemarropa al mismo tiempo que sus colegas sobrevivientes. Moro fue capturado y retenido como rehén en pleno centro de Roma durante 55 días. Finalmente, su cuerpo acribillado a tiros apareció en el portaequipajes de un auto abandonado en el centro de Roma, estacionado simbólicamente a medio camino entre la sede de la DCI y la del PCI.
Italia estaba conmocionada. Los servicios secretos militares y el primer ministro en funciones, Giulio Andreotti, acusaron a la organización terrorista de extrema izquierda Brigadas Rojas y tomaron enérgicas medidas contra la izquierda. Se establecieron 72 barreras de control y se hicieron registros en 37 000 casas.
En menos de 2 meses, más de 6 millones de personas fueron interrogadas. Durante el cautiverio de Moro, sus familiares vivieron 5 semanas de angustia. Su esposa Eleonora pidió incluso la ayuda del Papa Pablo VII, viejo amigo de su esposo. «Me dijo que haría todo lo que estuviera en sus manos y yo sé que trató, pero encontró demasiada resistencia» [91]. El propio Aldo Moro, comprendió durante su cautiverio que él era la víctima de un crimen político en el que las Brigadas Rojas estaban siendo manipuladas por la derecha más dura y Estados Unidos.

En su última carta pidió que no se aceptara en su entierro a ningún representante de la corrupta DCI. «Besa a todos por mí», escribió a su esposa y sus hijos, plenamente conciente de que iba a morir. «Transmíteles todo mi cariño. Sé fuerte, cariño mío, en esta prueba tan absurda e incomprensible. Es esta la voluntad del Señor. Alimenta mi recuerdo en el corazón de todos nuestros amigos. Os abrazo cálidamente como muestra de mi eterno amor. Me gustaría ver, con mis ojos de simple mortal, bajo qué forma habremos de encontrarnos nuevamente en el otro mundo.» [92]
La comisión senatorial encargada de investigar sobre el Gladio y el terrorismo sospechó que la CIA y los servicios secretos militares italianos, sobre todo sus escuadrones Gladio, podían haber organizado el asesinato de Aldo Moro. Y por lo tanto reabrió el expediente. Pero descubrió con estupor que casi todos los documentos vinculados al secuestro y asesinato de Moro habían desaparecido misteriosamente de los archivos del ministerio del Interior.
Aquellos expedientes contenían todas las transcripciones de las comunicaciones telefónicas oficiales, las cartas entre Moro y el gobierno, los contactos que se habían establecido con las fuerzas de seguridad y los apuntes de las reuniones organizadas durante los 55 días que duró el cautiverio del primer ministro. El senado expresó su indignación por «la desaparición de los documentos de la célula de crisis del ministerio del Interior» y subrayó que «el caso Moro debe ser analizado en un contexto más amplio» ya que era necesario «situar nuevamente los hechos en la realidad política de la época».

Concluyó que el asesinato de Aldo Moro era «un proyecto criminal en el que las Brigadas Rojas fueron probablemente el instrumento de un juego político más amplio» [93]. Los senadores señalaron también que en 1978 «la administración de los Estados Unidos se negó primeramente a cooperar en el marco de la investigación sobre el secuestro y que envió posteriormente un solo experto en casos de tomas de rehenes que trabajó con la dirección del ministerio del Interior» [94].
La tragedia de la historia italiana alcanzó su clímax durante los años de la presidencia de Richard Nixon, cuando la derecha ensangrentó y sembró el terror a través del país poniéndolo al borde de la guerra civil. Los terroristas ponían bombas en los lugares públicos y responsabilizaban a los comunistas para debilitar así la influencia del PCI y del PSI. «Su presunta implicación en los atentados de Bolonia [95] es potencialmente la más seria acusación contra el Gladio», tituló la prensa en 1991, cuando la comisión parlamentaria encargada de investigar sobre el Gladio y el terrorismo recibió un memorando anónimo sugiriendo que los explosivos utilizados en Bolonia provenían de un arsenal del Gladio [96].
El general Gerardo Serravalle, quien había dirigido las unidades del Gladio en el seno del SID entre 1971 y 1974, confirmó después que, para su mayor pesar, algunos miembros del Gladio «pasaron de una lógica defensiva postinvasión a una lógica ofensiva de guerra civil» [97].
Cuando un periodista de la BBC le preguntó por qué razón, a pesar de aquel evidente peligro, no había decidido él desmantelar la red, Serravalle contestó: «Bueno, desmantelarla era una decisión política, que estaba fuera de mi esfera de competencia.» [98]

Era la CIA la que controlaba el ejército secreto italiano y cuando Serravalle expresó sus inquietudes sobre las operaciones interiores de la red clandestina, chocó con el COS Howard Stone, el jefe de estación de la CIA en Roma, quien suspendió las ayudas provenientes de la CIA. «Al asumir mis funciones, noté que el financiamiento estadounidense, previsto en los acuerdos bilaterales, y en particular el abastecimiento de armas y material, había sido interrumpido.»
Furioso, Serravalle convocó a Stone al cuartel general del Gladio, en Cerdeña. Cuando llegó el COS, junto con un oficial de la CIA llamado Mike Sednaoui, Serravalle dijo a los dos hombres: «Este es nuestro centro de entrenamiento, etc… Ustedes pueden ayudarnos a alcanzar el máximo de nuestro potencial. Entonces, ¿por qué nos cortan la ayuda? Si es una decisión de su gobierno, la aceptamos. Pero nos deben ustedes una explicación.»
Comprendió después que «a la CIA, representada por aquellos dos agentes, no le interesaba tanto el nivel de nuestro entrenamiento como las posibilidades de control interno. En otras palabras, nuestra capacidad para reprimir levantamientos populares, sabotear huelgas nacionales y, por sobre todo, controlar el avance del partido comunista. El señor Stone explicó claramente que el apoyo financiero de la CIA dependía únicamente de nuestra disposición para programar y poner en aplicación lo que pudiéramos llamar “medidas internas”.» [99]

«Queda demostrado fuera de toda duda que elementos de la CIA emprendieron, durante la segunda mitad de los años 60, una vasta operación tendiente a contrarrestar, por todos los medios necesarios, el desarrollo de grupos y de movimientos de izquierda en toda Europa», concluye, en 1956, el informe final de la investigación del Senado italiano sobre el Gladio y el terrorismo. «Este análisis arrojó la imagen de un país que, durante más de 40 años, ha vivido en un funesto clima de división.
Las tensiones que caracterizaron estas 4 décadas probablemente tienen su origen en la realidad social interna del país. Sin embargo, esas tensiones no hubiesen perdurado, no hubiesen alcanzado esta trágica dimensión ni se hubiese dificultado tantas veces la búsqueda de la verdad si la situación política interna no hubiera estado condicionada y controlada por el sistema internacional en el que se insertaba Italia.» [100]

Dado el nivel de violencia que había caracterizado la historia de la I República Italiana –las estadísticas oficiales recogen la muerte de 491 civiles mientras que otros 1 181 resultaron heridos o mutilados entre 1969 y 1987– los miembros de la comisión provenientes de la izquierda encontraron esta formulación demasiado tímida. Pero prosiguieron sus investigaciones, bajo la presidencia del senador Pellegrini, y siguieron oyendo testigos y analizando documentos. En junio del año 2000 presentaron su informe final, de 326 páginas, en el que concluían que: «Estas masacres, atentados y operaciones militares fueron organizados, instigados o apoyados por individuos dentro del propio seno de las instituciones italianas y, como se ha descubierto recientemente, por individuos vinculados a las estructuras de la inteligencia estadounidense.» [101]
Para sostener esta conclusión preñada de implicaciones, el informe del año 2000 sobre el Gladio incluía varios testimonios de miembros de la red. El soldado de las sombras Giuseppe Tarullo, quien se había incorporado al SIFAR en 1961, había declarado bajo juramento ante los senadores que, paralelamente a la preparación de una misión, la tarea había consistido también en poner bajo control a los comunistas italianos: «Incluso entre nosotros hablábamos de misión interna. Se decía que la estructura, con sus conexiones en el extranjero, habría sido activada también para contrarrestar una subversión interna, con el apoyo de las Fuerzas especiales. Por subversión interna entendíamos un cambio de gobierno contrario a la voluntad del poder establecido» [102] El miembro del Gladio Giuseppe Andreotti explicó aquello a los senadores ed la siguiente manera: «La estructura Gladio respondía a una lógica interna en el sentido en que, como ya expliqué, tenía que oponerse a la toma del poder por parte de un régimen rechazado por la población, o sea a una dictadura de derecho o de izquierda» [103].
El miembro del Gladio Manlio Capriata quien, con el rango de general, había dirigido el Buró R en el seno del SIFAR entre febrero y junio de 1962, prestó testimonio ante los senadores: «Yo confirmo que la sección V, y por consiguiente la organización S/B [stay-behind] y el CAG [eL Centro Addestramento Guastatori, en Cerdeña] tenían una función antisubversiva en caso de que las fuerzas políticas de izquierda llegaran al poder» [104].
Teniendo en cuenta las pruebas acumuladas, el senador Valter Bielli concluyó: «Estoy convencido de que la intervención de Estados Unidos en Italia constituye ahora un hecho histórico comprobado». En Washington, la administración Clinton, más bien incómoda, prefirió abstenerse de hacer cualquier comentario mientras que una fuente anónima de la embajada estadounidense en Roma declaró: «Son las mismas acusaciones que vimos oyendo desde hace 20 años. No tienen absolutamente ningún fundamento.» [105]

Pero el senador Bielli se negaba a darse por vencido y declaró: «Ellos se inmiscuyeron para impedir una victoria democrática del partido comunista. Ya no existe la amenaza roja y sería bueno que los propios estadounidenses nos ayuden a aclarar lo sucedido.» Mientras que la ex Unión Soviética abría sus archivos, Estados Unidos no dejaba filtrar nada.
«Durante la guerra fría, el Este estaba bajo el dominio comunista, pero el Oeste también se había convertido de cierta forma en una colonia estadounidense», se quejaba Bielli. Aldo Giannuli, un historiador que trabajaba como consultante de la comisión parlamentaria, insistió con toda razón en la necesidad de ampliar ahora la investigación llevándola al plano internacional y examinando los documentos de la alianza atlántica:
«El verdadero problema de hoy es tener acceso a los archivos de la OTAN.» [106]

(Continuará… )

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 


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[1] Aunque se ha comprobado que el PCI recibió un importante apoyo financiero de Moscú, la verdadera naturaleza de las relaciones entre esa organización política italiana y el Partido Comunista de la Unión Soviética durante la guerra fría sigue siendo objeto de debate entre los historiadores. Sergio Romano, embajador de Italia en la URSS de 1985 a 1989, informó que hasta el final de los años 1970 la mayoría de los recursos financieros del PCI provenían del Partido Comunista de la Unión Soviética. Entre las investigaciones sobre los vínculos entre el PCI y Moscú se encuentran las de Joan Barth Urban, Moscow and the Italian Communist Party: From Togliatti to Berlinguer (Cornell University Press, Ithaca, 1986); Gianni Cervetti, L’Oro di Mosca: La Verita sui Finanziamenti Sovietici al PCI Raccontata dal Diretto Protagonista (Baldini & Castoldi, Milán, 1993, reeditado en 1999) y Valerio Rima, Oro da Mosca. I Finanziamenti Sovietici al PCI dalla Rivoluzione d’Ottobre al Crollo dell’ URSS (Mondadori, Milán, 1999).
[2] Senato della Repubblica. Commissione parlamentare d’inchiesta sul terrorismo in Italia e sulle cause della mancata individuazione dei responsabiliy delle stragi: Il terrorismo, le stragi ed il contesto storico politico. Redatta dal presidente della Commissione, Senatore Giovanni Pellegrino. Roma, 1995, p. 20. Este informe del Senado italiano es uno de los documentos de referencia sobre el Gladio y más generalmente sobre las acciones clandestinas de Estados Unidos en Italia. Aborda los temas del Gladio, el terrorismo y atentados no aclarados. Para evitar cualquier confusión con el segundo informe senatorial, también muy interesante, presentado en el año 2000, el primer documento será designado como Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados.
[3] Publicación italiana Panorama, 10 de febrero de 1976. Citado en el Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 13.
[4] Roberto Faenza, Gli americani in Italia (Editore Feltrinelli, Milán, 1976), p. 10–13. Las conexiones entre Estados Unidos y la mafia ya habían sido reveladas en 1951 por una investigación del Senado estadounidense dirigida por el senador Kefauver. Ver US Senate Special Committee, Hearings on Organised Crime and Interstate Commerce, part 7, p. 1181 (1951). El historiador italiano Roberto Faenza fue uno de los primeros en apreciar el considerable impacto de las operaciones clandestinas estadounidenses en Italia. Su primer libro sobre ese tema, en coautoría con Marco Fini y publicado en 1976, se concentraba en los años de postguerra y su título, muy sobrio, era Gli Americani in Italia. El prefacio señalaba: «Para muchas personas a través del mundo, incluyendo el ciudadano estadounidense promedio, resultó muy difícil y doloroso admitir que Estados Unidos es la fuerza más conservadora y contrarrevolucionaria del mundo. Pero eso es lo que se demuestra en este libro al revelar las intervenciones secretas del gobierno estadounidense en los asuntos internos del pueblo italiano (…) la situación es comparable a lo que ya han revelado otras investigaciones en Grecia, Irán, Guatemala, República Dominicana y muchos otros países (…) Es particularmente difícil mirar esa verdad de frente.»
[5] Diario británico The Observer, 10 de enero de 1993. Referencia al documental Allied to the Mafia, transmitido en enero de 1993 a través de BBC2.
[6] Mackenzie, W. J. M., History of the Special Operations Executive: Britain and the resistance in Europe (British Cabinet Office, Londres, 1948), p. 842 y 853. Estados Unidos aplicó esa estrategia en la zona del Pacífico, esencialmente en Filipinas. Consistía en apoyar y debilitar a las guerrillas de extrema izquierda durante la Segunda Guerra Mundial. Japón había invadido Filipinas en enero de 1942. Estados Unidos apoyaba y entrenaba a guerrilleros con diferentes orientaciones políticas que luchaban contra la ocupación japonesa, como el movimiento izquierdista Huk que podía representar una poderosa fuerza favorable a una revolución social. Al igual que en Italia y Grecia, la decisión fue sacrificar a los antiguos compañeros de armas. Después de la derrota japonesa, Estados Unidos confiscó el armamento de la guerrilla y los Huks fueron masacrados en presencia de oficiales estadounidenses en el marco de una operación que duró, como mínimo, hasta 1945. El historiador estadounidense Gabriel Kolko comenta: «Los dirigentes Huks creían ingenuamente que los americanos iban a tolerarlos». Ver, Gabriel Kolko, Century of War Politics, Conflict, and Society since 1914 (The New Press, New York, 1994), p. 363.
[7] Geoffrey Harris, The Dark Side of Europe: The Extreme Right Today (Edinburgh University Press, Edimburgo, 1994), páginas 3 y 15.
[8] Allan Francovich, Gladio: The Ringmasters. Se trata del primer documental de una serie de 3 que Francovich dedicó al Gladio, transmitido el 10 de junio de 1992 a través de BBC2.
[9] William Blum, Killing Hope: US Military and CIA Interventions since World War II (Common Courage Press, Maine, 1995), capítulo 2, p. 28. La edición en francés se titula Les guerres scélérates (Parangon, 2004).
[10] Sobre Alcide de Gasperi, ver «L’Opus Dei et l’Europe - Du recyclage des fascistes au contrôle des démocraties», por Thierry Meyssan, 22 de marzo de 1995. NdlR.
[11] Martin Lee, The Beast Reawakens (Little Brown and Company, Boston, 1997), p. 100.
[12] Jonathan Dunnage, «Inhibiting Democracy in Post-War Italy: The Police Forces, 1943–48» en Italian Studies, n°51, 1996, p. 180.
[13] Stuart Christie, Stefano delle Chiaie (Anarchy Publications, Londres 1984), p. 6.
[14] Ibid., p. 4.
[15] Tom Mangold, Cold Warrior: James Jesus Angleton; The CIA’s Master Spy Hunter (Simon & Schuster, Londres, 1991), p. 20. Mangold, biógrafo de Angleton, desgraciadamente no proporciona ningún detalle sobre la colaboración que este agente estableció con los fascistas después de 1945 y no explica cómo fue que Angleton salvó al príncipe de Borghese de la justicia italiana al final de la guerra. James Angleton ha sido interpretado en el cine por Matt Damon, en el film de Robert DeNiro The Good Shepherd (2006), y en televisión por Michael Keaton, en la serie The Company (2006). NdlR.
[16] William Corson, The Armies of Ignorance: The Rise of the American Intelligence Empire (The Dial Press, New York, 1977), páginas 298 y 299. Debido a su carácter clandestino, la operación fue financiada a través de una operación de lavado de dinero, ya que se trataba de dinero sucio. Corson explica que se procedió a retirar 10 millones de dólares en efectivo del Fondo de Estabilización Económica y que esa suma transitó posteriormente por varias cuentas personales antes de ser entregada, en forma de donaciones, a diferentes organismos que la CIA utilizaba como tapaderas o pantallas.
[17] Christie, delle Chiaie, p. 175.
[18] Denna Frank Fleming, The Cold War and Its Origins 1917–1960 (Doubleday, New York, 1961), p. 322.
[19] Thomas Powers, The Man Who Kept the Secrets: Richard Helms and the CIA (Weidenfeld and Nicolson, Londres, 1980), p. 30.
[20] Diario británico The Guardian, 15 de enero de 1992.
[21] Durante la I República Italiana, el servicio de inteligencia militar tuvo que cambiar de nombre muchas veces debido a los numerosos escándalos en los que estuvo implicado. Desde su creación, en 1949, hasta el primer gran escándalo, en 1965, fue designado como SIFAR. Después se llamó SID y conservó la mayor parte de su personal. En 1978, como consecuencia de un nuevo escándalo, el SID se dividió en dos servicios que todavía existen actualmente. La rama civil pasó al control del ministerio del Interior y fue bautizada como SISDE (Servizio Informazioni Sicurezza Democratica) mientras que la rama militar se mantuvo bajo control del ministerio de Defensa bajo la denominación de SISMI.
Directores de los servicios secretos militares

General Giovanni Carlo 1949–1951 SIFAR
General Umberto Broccoli 1951–1953 SIFAR
General Ettore Musco 1953–1955 SIFAR
General Giovanni De Lorenzo 1956–1962 SIFAR
General Egidio Viggiani 1962–1965 SIFAR
General Giovanni Allavena 1965–1966 SID
General Eugenio Henke 1966–1970 SID
General Vito Miceli 1970–1974 SID
General Mario Casardi 1974–1978 SID
General Giuseppe Santovito 1978–1981 SISMI
General Nino Lugaresi 1981–1984 SISMI
Almirante Fulvio Martini 1984–1991 SISMI
Sergio Luccarini 1991 SISMI
General Luigi Ramponi 1991–1992 SISMI
General Cesare Pucci 1992–1993 SISMI
General Sergio Siracusa 1994-1996 SISMI
Almirante Gianfranco Battelli 1996-2001 SISMI
General Nicolò Pollari 2001-2006 SISMI
Almirante Bruno Branciforte 2006-2007 SISMI
Almirante Bruno Branciforte 2008… AISE
[22] Philip Willan, Puppetmasters: The Political Use of Terrorism in Italy (Constable, Londres, 1991), p. 34.
[23] Mario Coglitore (editor), La Notte dei Gladiatori. Omissioni e silenze della Repubblica (Calusca Edizioni, Padoue, 1992), p. 34.
[24] Diario británico The Observer, 18 de noviembre de 1990.
[25] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 49.
[26] Coglitore, Gladiatori, p. 133.
[27] Pietro Cedomi, «Service secrets, Guerre froide et ‘stay-behind. 2e partie’: La mise en place des réseaux», en la publicación belga Fire! Le Magazine de l’Homme d’Action, septiembre/octubre de 1991, p. 80.
[28] Allied Clandestine Committee (ACC) y Clandestine Planning Committee (CPC).
[29] Diario británico The Observer, 7 de junio de 1992.
[30] Memorandum, National Security Council to Harry S. Truman, April 21, 1950, Biblioteca de la Red Voltaire.
[31] Al ser desclasificado en 1994, este documento desató una ola de protestas en Italia. Ver el diario italiano La Stampa, 27 de noviembre de 1994.
[32] William Colby, Honourable Men: My Life in the CIA (Simon & Schuster, New York, 1978), capítulo 4, p. 110. La edición francesa se titula 30 ans de CIA (presses de la Renaissance, 1978).
[33] Roberto Faenza, Il malaffare. Dall’America di Kennedy all’Italia, a Cuba, al Vietnam (Editore Arnoldo Mondadori, Milán, 1978), p. 312.
[34] La existencia de este documento se dio a conocer en el momento de las revelaciones sobre el Gladio, en 1990. Ver el informe de la investigación senatorial sobre el Gladio y los atentados, p. 25.[[La existencia de este documento se dio a conocer en el momento de las revelaciones sobre el Gladio, en 1990. Ver el informe de la investigación senatorial sobre el Gladio y los atentados, p. 25.
[35] Publicación italiana Europeo, 18 de enero de 1991. La comisión investigadora del parlamento sólo supo de la existencia del documento de 1956 sobre el Gladio cuando obtuvo un texto fechado el 1º de junio de 1959 que se refería a aquel documento en términos muy precisos, señalando incluso que tenía como fecha el 26 de noviembre de 1956 y que su título era Accordo fra il Servizio Informazioni Italiano ed il Servizio Informazioni USA relativo alla organizzazione ed all’attivita della rete clandestina post-occupazione (stay-behind) italo-statunitense. [Acuerdo entre el SIFAR y la CIA sobre la organización y la actividad de una red italo-estadounidense secreta postocupación (stay-behind).]. El contenido del documento original aparece en Coglitore, Gladiatori, p. 118–130.
[36] Publicación belga Fire, enero de 1992, p. 59.
[37] Ibid., p. 62.
[38] Allan Francovich, Gladio: The Puppeteers. Segundo documental de la serie de 3 dedicada al Gladio, transmitido por la BBC2 el 17 de junio de 1992. La versión francesa se titula Gladio, les Marrionettistes.
[39] Colby, Honourable Men, p. 128.
[40] Ibid., p. 109–120.
[41] Este documento aparece citado en Faenza, Malaffare, p. 313. En los años 1970, el historiador italiano Roberto Faenza obtuvo, a través de la FOIA, acceso al documento Demagnetize revelando así por vez primera «esta grave desvío [de su misión] de los servicios secretos italianos».
[42] Supreme Headquarters Allied Powers in Europe (SHAPE), o sea el Gran Cuartel General de las potencias aliadas en Europa.
[43] Stato Maggiore della Difesa. Servizio Informazioni delle Forze Armate. Ufficio R – Sezione SAD: Le forze speciali del SIFAR e l’operazione Gladio. Roma, 1 Giugno 1959. Descubierto por el juez Casson en los archivos del SIFAR, este documento dio origen a una larga serie de revelaciones en Italia y a través de toda Europa. Disponible para su descarga a través del vínculo que aparece al final de este artículo.
[44] Cobly, Honourable Men, p. 136.
[45] Telegrama del secretario de Estado a la embajada de Estados Unidos en Roma, enviado el 18 de octubre de 1961. Su transcripción aparece en Faenza, Malaffare, p. 311. Faenza hace un análisis muy acertado del proyecto de Kennedy de favorecer una apertura hacia la izquierda en Italia. Ver Faenza, Malaffare, p. 307–373 (“L’apertura a sinistra”).
[46] Fragmento de Regine Igel, Andreotti. Politik zwischen Geheimdienst und Mafia (Herbig Verlag, Munich, 1997), p. 49. El autor cita como fuente la publicación estadounidense New Statesman sin proporcionar la fecha de publicación.
[47] Faenza, Malaffare, p. 310.
[48] Igel, Andreotti, p. 50.
La pesadilla de la CIA se hizo realidad en abril de 1963. El día de las elecciones los comunistas ganaron terreno mientras que todos los demás partidos perdían escaños. A pesar del apoyo de la CIA, la DCI cayó a un 38%, el peor resultado desde su creación al final de la guerra. El PCI, con un 25% de los sufragios, y el PSI, con un favorable 14%, se unieron en una alianza para conformar la primera mayoría de izquierda en el parlamento italiano. Los electores de la izquierda italiana festejaron en las calles la nominación, por vez primera, de varios socialistas como miembros del gobierno del primer ministro Aldo Moro, proveniente del ala izquierda de la DCI. Inmensamente satisfecho ante aquellos resultados, el presidente Kennedy decidió en julio de 1963 viajar a Roma en visita oficial, para alegría de muchos italianos. A su llegada, el aeropuerto estaba repleto y una vez más los estadounidenses fueron recibidos con banderas y aclamaciones. «Es un hombre formidable. No aparenta la edad que tiene. Me invitó a visitar Estados Unidos», declaró con entusiasmo el jefe del PSI, Pietro Nenni. (Faenza, Malaffar, p. 356).

[49] Jens Mecklenburg (ed.), Gladio: Die geheime Terrororganisation der Nato (Elefanten Press, Berlín, 1997), p. 30, y Coglitore, Gladiatori, p. 185. Fue un ex general del SID quien reveló, al declarar como testigo en el marco del caso de la logia P2, en los años 1980, que aquellos criminales eran miembros del Gladio.
[50] Jean-Francois Brozzu-Gentile, L’Affaire Gladio (Editions Albin Michel, París, 1994), p. 77, y Faenza, Malaffare, p. 315. Ver además Willan, Puppetmasters, p. 84.
[51] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 85.
[52] Ibid.
[53] Le forze speciali del SIFAR e l’operazione Gladio, documento disponible para su descarga a través del vínculo que aparece al final de esta página. Las investigaciones sobre la operación Piano Solo indican que 731 personas iban a ser deportadas. La comisión investigadora del senado comprobó que eran más bien 1 100 o 1 200 ciudadanos influyentes quienes debían ser encarcelados en el CAG, el cuartel general del Gladio instalado en Cerdeña. Los servicios secretos militares se negaron a entregar la lista a la comisión investigadora del senado. «La situación es muy grave ya que se puede pensar razonablemente que la lista contiene nombres de parlamentarios y de responsables políticos y que la divulgación de esa lista permitiría contradecir definitivamente la tesis de que los acontecimientos de 1964 eran operaciones de prevención destinadas a evitar problemas de orden público», concluyeron los senadores. Ver el Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 89.
[54] Richard Collin ofrece una descripción muy buena del golpe en The De Lorenzo Gambit: The Italian Coup Manqué of 1964 (Sage, Beverly Hills, 1976). Graduado de Harvard, este especialista en cuestiones militares ofreció conferencias en el Estado de Maryland antes de pasar a trabajar para el ministerio de Defensa y, posteriormente, como consejero del agregado militar de la embajada de Estados Unidos en Roma y convertirse finalmente en consultante de las fuerzas armadas de Arabia Saudita. En unas 60 páginas, Richard Collin ofrece un excelente recuento de la operación Piano Solo. Sin embargo, oculta casi totalmente el papel de Estados Unidos en aquellos hechos.
[55] Collin, Coup, p. 60.
[56] Ibid. Su fuente es la publicación italiana Avanti! del 26 de julio de 1964.
[57] Coglitore, Gladiatori, p. 186. Ver también Willan, Puppetmasters, p. 85.
[58] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, 1995, p. 87. Bernard Cook, «The Mobilisation of the Internal Cold War in Italy» en History of European Ideas. Vol.19, 1994, p. 116.
[59] Franco Ferraresi, «A Secret Structure Codenamed Gladio» en Italian Politics. A Review, 1992, p. 41. Sin la prensa de investigación nunca se hubiese sabido nada del golpe de Estado silencioso del Gladio. Ya en la primavera de 1967, Raffaele Jannuzzi (quien se convertirá más tarde en diputado socialista) informó a los lectores de la publicación Espresso que Italia había estado al borde del golpe de Estado («Complotto al Quirinale», Espresso, 14 de mayo de 1967). El intento de De Lorenzo de hacer callar a Jannuzzi mediante un proceso judicial por difamación resultó contraproducente ya que la instrucción sacó a la luz tal cantidad de pruebas que el gobierno no tuvo más remedio que autorizar la apertura de una investigación parlamentaria sobre «los acontecimientos de 1964». (Senado italiano. Commissione parlamentare d’inchiesta sugli eventi del giungo-luglio 1964. Informe de 2 volúmenes publicado en Roma en 1971).
[60] Relazione della Commissione parlamentare d’inchiesta sugli eventi del giungno-luglio 1964, Roma 1971, p. 67. Citado en Igel, Andreotti, p. 51, y en Willan, Puppetmasters, p. 38.
[61] Commissione parlamentare d’inchiesta sugli eventi del giugno-luglio 1964, Relazione di minoranza, Roma 1971, p. 307. Ver Igel, Andreotti, p. 53.
[62] Fragmento de Igel, Andreotti, p. 52.
[63] Después de comprobar la existencia de vínculos entre Licio Gelli y varios terroristas de extrema derecha, el juez italiano Carlo Palermo ordenó a la sección antiterrorista del SISMI que le aportara su ayuda a la investigación. El 16 de abril, esta sección proporcionó información sobre la intervención estadounidense en Italia. Era probablemente la primera vez que la sección cumplía con su misión, y fue cerrada de inmediato. La prometedora carrera de Emilio Santillos, el director de la sección antiterrorista del SISMI, se vio bruscamente interrumpida y varios de sus colaboradores tuvieron un trágico destino. El coronel Florio, miembro del SISMI, murió en un misterioso accidente automovilístico; el coronel Serrentiono abandonó el servicio por «razones de salud»; el mayor Rossi se suicidó. El mayor Antonio de Salvo fue el único que salió de la sección sano y salvo y se hizo masón. Fuente: Igel, Andreotti, p. 232.
[64] Diario británico The Observer, 21 de febrero de 1988.
[65] Senato della Repubblica Italiana. Relazione della Commissione Parlamentare d’Inchiesta Sulla Loggia P2, Roma 1984.
[66] Proveniente de una entrevista con Willan. Fragmento de Willan, Puppetmasters, p. 55.
[67] Igel, Andreotti, p. 229.
[68] Citado en la publicación británica The New Statesman, 21 de septiembre de 1984.
[69] Hugh O’Shaughnessy, «Gladio: Europe’s best kept secret». Se suponía que aquellos agentes iban a quedarse detrás de las líneas enemigas si el Ejército Rojo invadía Europa occidental. Pero aquella red, creada con las mejores intenciones, degeneró en ciertos países convirtiéndose en instrumento del terrorismo y de la agitación política de extrema derecha. Diario británico The Observer, 7 de junio de 1992.
[70] Gentile, Gladio, p. 28.
[71] Ibid.
[72] Televisión británica Newsnight, transmitido en BBC1 el 4 de abril de 1991.
[73] Willan, Puppetmasters, p. 41.
[74] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 97.
[75] Ibid., p. 164.
[76] Willan, Puppetmasters, p. 97. Buscetta hizo revelaciones al juez Falcone en diciembre de 1984. Este valiente magistrado fue posteriormente asesinado por la mafia.
[77] Declaración de Liggio ante el tribunal de Calabria, en 1986. Citado en Willan, Puppetmasters, p. 97.
[78] Willan, Puppetmasters, p. 94.
[79] Colby, Honourable Men, p. 395.
[80] Ver, por ejemplo, McNamara, Robert, Retrospect: The Tragedy and Lessons of Vietnam (Random House, New York, 1995).
[81] Willian, Puppetmasters, p. 93.
[82] Publicación política británica Statewatch, enero de 1991.
[83] Gentile, Gladio, p. 105.
[84] Publicación política británica Statewatch, enero de 1991, y Gentile, Gladio, p. 19.
[85] Publicación política italiana Europeo, 16 de noviembre de 1990.
[86] Allan Francovich, Gladio: The Puppeteers.
[87] Resultados de las tres principales formaciones políticas italianas (DCI, PCI y PCI) en las elecciones legislativas desde 1968 hasta 1994:

1968 1972 1976 1979 1983 1987 1992 1994
DCI (%) 39 38 38 38 32 34 29
PCI (%) 26 27 34 30 29 26 23 28
PSI (%) 14 9 9 9 11 14 13 2
PCI + PSI (%) 41 36 44 40 41 40 37 30
[88] Pike Report: Report of the House Select Committee on Intelligence [Pike Committee], Ninety-fourth Congress (Village Voice, New York, 1976), p. 193 y 195.
[89] Jœ Garner, We Interrupt this broadcast. The Events that stopped our lives. From the Hindenburg Explosion to the Death of John F. Kennedy Jr (Sourcebooks, Naperville, 2000), p. 87.
[90] Fragmento de Willan, Puppetmasters, p. 220.
[91] Willan, Puppetmasters, p. 325.
[92] Fragmento de Willan, Puppetmasters, p. 219.
[93] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 294 et 295.
[94] Ibid., p. 294
[95] Sobre el mismo tema, ver «1980: carnage à Bologne, 85 morts», Réseau Voltaire, 12 de marzo de 2004.
[96] Diario británico The Guardian, 16 de enero de 1991.
[97] Agencia internacional de prensa Associated Press, 20 de noviembre de 1990.
[98] Entrevista de Serravalle realizada por Peter Marshall, de la BBC, en el marco de un reportaje especial sobre el Gladio que se transmitió en el programa Newsnight el 4 de abril de 1991.
[99] Allan Francovich, Gladio: The Puppeteers.
[100] Informe de la investigación senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 242 y 364.
[101] Senato della Repubblica. Commissione parlamentare d’inchiesta sul terrorismo in Italia e sulle cause della mancata individuazione dei responsabili delle stragi: Stragi e terrorismo in Italia dal dopoguerra al 1974. Relazione del Gruppo Democratici di Sinistra l’Ulivo. Roma, junio de 2000. Documento designado aquí como Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados. Los 8 miembros de la comisión eran: Valter Bielli, diputado; Antonio Attili, diputado; Michele Cappella, diputado; Piero Ruzzante, diputado; Alessandro Pardini, senador; Raffaele Bertoni, senador; Graziano Cioni, senador; Angelo Staniscia, senador. Fuente: Philip Willan, «US ‘supported anti-left terror in Italy’. Report claims Washington used a strategy of tension in the cold war to stabilise the centre-right» en el diario británico The Guardian, 24 de junio del año 2000.
[102] Informe de la Investigación Senatorial de 1995 sobre el Gladio y los atentados, p. 41.
[103] Ibid.
[104] Ibid., p. 42.
[105] Philip Willan, diario británico The Guardian, 24 de junio de 2000.
[106] Ib