Por
Amaresh Misra
El doble rasero de las élites indias cuando se trata de derechos políticos de musulmanes y maoístas
Bienvenidos a la nueva India de derechas. En
ella, conocidos y notorios capos mafiosos, con varios asesinatos sobre
sus cabezas puede vivir abiertamente como reyes en sus celdas en la
cárcel. Se les sirve la mejor comida y alcohol, organizan fiestas bunga
bunga con jovencitas; duermen con famosas cortesanas, envían mensajes y
hacen sus pedidos a través de los guardias de la prisión, sodomizan
jovencitos, e incluso deciden traslados y promociones de policías y
burócratas, ofrecen asesinatos por encargo (suparis), arbitran
conflictos inmobiliarios y otras disputas, realizan llamadas a políticos
y líderes empresariales.
Aquí, en la India de derechas, también hay extremistas y criminales
armados, que han matado a miles de hombres, mujeres y niños inocentes
con una ráfaga a bulto de AK-47/56, que viven cómodamente en campamentos
especiales en el noreste, gracias a acuerdos de alto el fuego con el
estado indio. A pesar de las restricciones a la circulación impuestas,
que el ejército indio vigila, estos elementos suelen ir de “caza”, sin
respetar línea de control alguna: tienen permiso oficial para matar,
mutilar y torturar a quien se cruce en su camino.
El estado indio es un lugar especialmente acogedor para todo tipo de
mafias y milicias paramilitares, mientras sean útiles políticamente.
A los maoístas naxalitas, sin embargo, no se les da cuartel. En la
época medieval, además de reconocimiento real, los Mughals daban a los
pueblos originarios (adivasis) derechos a la tierra, los bosques y la
herencia. Los adivasis lucharon tenazmente por Bahadur Shah Zafar y la
independencia de la India en 1857. Los británicos, como respuesta, los
esclavizaron y deshumanizaron, clasificando oficialmente a muchos de
ellos como “tribus criminales”. La India independiente utilizó sus
votos, pero, después de 1991, pensó que era mas rentable entregar las
zonas boscosas de los adivasi, zonas ricas en minerales, a la naciente
mafia criminal y a mineros sin escrúpulos, como los hermanos Reddy de
Karnataka, así como empresas nacionales y extranjeras como Tata,
Jindals, Mittal, Infosys, Birlas, Vedanta y POSCO.
En la estructura política india, los adivasis, después de los
musulmanes, son los que más han sufrido. Lea la historia de Anup Oraon,
un muchacho adivasi de 10 años cuyo padre Paulus Oraon fue detenido por
la policía de Odisha (Orissa) en 2009, en la aldea minera de Sundargarh,
acusado de ser un maoísta.
En el pueblo de Paulus Oraon, la policía de Odisha también ató a
varios adivasis con cuerdas a los árboles y los dejó sin comida ni agua
durante horas y horas. Los menores de edad fueron golpeados hasta quedar
de color negro y azul, las mujeres acosadas, los ancianos torturados.
Más de 30 adivasis- todos los adultos que trabajaban por un
jornal-fueron detenidos. El incidente dejó al pueblo tan traumatizado
que los 45 niños que quedaron en el pueblo después de la detención de
casi todos los hombres, dejaron de comer.
Todo el mundo conoce el caso de Binayak Sen: en el caso
Sundargarh-Odisha, Nicholas Barla, un abogado de derechos humanos indio
que se atrevió a denunciar la opresión, fue víctima de abuso, amenazas y
hostigado por los mandos policiales.
En 2006, 14 adivasis que protestaban en contra de la Siderurgia Tata
en Odisha, fueron muertos a tiros por la Policía en Kalinga Nagar. Más
tarde, fueron calificados como maoístas. La Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH) descubrió que en el caso de Kalinga Nagar, los
policías involucrados habían "intimidado... adivasis...formulado
acusaciones y negando la debida compensación por las tierras expropiadas
a favor de la compañía Vedanta...la comisión encontró que la policía
había acusado de robo y posesión ilegal de armas a los adivasis que
protestaban contra la empresa...32 Adivasis fueron encarcelados en mayo
de 2006...el superintendente de policía y funcionarios de la empresa les
obligaron afirmar acuerdos de transferencia de tierras a Vedanta en el
interior de la cárcel de Bhawani Patna, con los carceleros haciendo de
testigos..."
Según la CNDH " se han presentado denuncias... en relación con la
violación de derechos humanos en el establecimiento de industrias de
Vedanta, POSCO y Tata... no deja de ser irónico que ninguna de ellas ha
sido contra estos gigantes corporativos por violar las leyes y
aterrorizar a los adivasis, si no que por el contrario fue el estado el
que victimizó a aldeanos inocentes”.
¿Ha obligado la policía a firmar a punta de pistola a ciudadanos
indios la cesión de sus tierras? ¿Se han comportado los Tatas y Birlas –
estos últimos, que todavía presumen de haber apoyado a Mahatma Gandhi y
la lucha de liberación india- como el general Dyer, famoso por la
masacre de Jallianwala Bagh? ¿Es esta India? ¿Pasa de verdad? ¿Saben
Ratan Tata y Aditya o Kumarmangalam Birla que en Chattisgarh, la maestra
de escuela Soni Sori fue detenida por la policía de estado en octubre
de 2011 y que le insertaron en la vagina y el recto piedras y palos?. Y
que, en contravención de todos los requisitos y normas legales, Rekha
Parganiha, su abogado, fue detenido el 4 de marzo de 2012, acusado, por
increible que parezca, de poseer libros escritos por un tal Karl Marx,
Frederick Engels, Bhagat Singh y Bertolt Brecht?
Además de en Odisha, estos incidentes son comunes en Chattisgarh,
Bihar, Jharkhand, Madhya Pradesh, Uttar Pradesh oriental, Bundelkhand,
Maharashtra, Andhra Pradesh y Bengala Occidental. En Jharkhand, ha
saliso a la luz un impactante caso en el que el gobierno del BJP
adquirió a la fuerza tierras de los adivase para construir institutos de
educación y la Universidad Nacional de Investigaciones y Estudios
Superiores de Derecho (NURSL). Aquí, incluso el poder judicial parece
haber estafado a los adivasi. Porque el juez Prakash Tatia, Presidente
del Tribunal Supremo de Jharkhand, también es el Canciller de la NURSL y
el Gobierno de Jharkhand le ha pedido arbitrar en el asunto. ¿Quién ha
pedido nunca a un león que arbitre entre sus congéneres y los corderos?.
Abhay Sahoo, el líder del movimiento anti-POSCO en Odisha, ha sido
encarcelados. Se enfrenta a más de 50 acusaciones, la mayoría de ellas
fabricadas. 800 activistas del movimiento anti-POSCO han sido
encarcelados en más de 200 casos fabricados.
El 6 de julio de 2011, Meena Khalko de Kharka, un pueblo en
Chattisgarh gobernado por el BJP, fue violada y asesinada presuntamente
por la policía local. Los funcionarios Chattisgarh justifican su
violación y asesinato alegando que era una maoista naxalita abatida a
tiros en un enfrentamiento. Varias comisiones de investigación han
desmintido las afirmaciones de la policía. La forma en la que el
Gobierno de Chattisgarh, los líderes de la milicia hinduista RSS, y la
policía culpan a Meena de ser, en última instancia, la responsable de su
propia violación es nauseabunda. Una activista del Partido del Congreso
vomitó en frente de este autor al oir la justificación de los
funcionarios de Chattisgarh y los líderes del BJP-RSS.
En Bengala Occidental, Mamata Bannerjee derrotó a un Gobierno del
Frente de Izquierda con la promesa de hacer justicia a los adivasis. Los
maoístas la ayudaron de manera activa. No hubiera podido haber llegado
al poder en 2011, sin los levantamientos campesinos organizados por los
maoístas en Nandigram, Lalgarh y Singur. Sólo los maoístas naxalistas
tuvieron el coraje y el poder de fuego para hacer retroceder a las
fuerzas armadas del Frente de Izquierdas-CPM. Pero lo primero que hizo
tras convertirse en la Ministro Principal de Bengala Occidental fue
ordenar el asesinato del comandante maoísta de los levantamientos
campesinos, Kishenji, ejecutado de una manera brutal.
Miles de adivasi languidecen, a menudo sin ni siquiera cargos, en las
cárceles. Son tratados como esclavos, peor que pequeños delincuentes.
Con este telón de fondo, un tribunal de Kolkata pronunció una
sentencia declarando a 9 maoístas encarcelados presos políticos. El 24
septiembre 2012 el Times of India informa que "varios maoístas
encarcelados ahora tendrán derecho a los privilegios de una celda
separada, comida casera, acceso a periódicos, libros y otros materiales
de lectura, salas de reuniones con familiares y abogados ymayor libertad
en el interior de la cárcel en comparación con otros prisioneros ".
Los beneficiarios de esta orden son Sadula Ramkrishna, alias RK, jefe
del comité técnico maoísta, acusado por la Agencia de Investigación
Nacional (NIA), de organizar la fabricación de lanzadores de cohetes.
(La NIA fue formada después del 26/11 (el ataque contra Bombay) para
luchar contra Sangh Parivar y el terrorismo fuera de nuestras fronteras,
sin que nadie le diera el mandato de perseguir a ciudadanos indios por
su ideología, que además en ningún caso puede ser comparada con el
terrorismo).
La sentencia judicial se produce después de una orden del Tribunal
Supremo de Kolkata que dio el estatuto de prisionero político a ocho
presuntos maoístas, incluyendo a Chhatradhar Mahato, principal
inspirador de la insurrección campesina de Lalgarh. El artículo del
Times of India menciona además que el tribunal de Kolkata se guió por
"la Correctional Services Act de Bengala Occidental de 1992... según la
cual… presos políticos son los arrestados o condenados por haber
cometido o intentado cometer algún delito político ..es aplicable
incluso si la persona es acusada ??en virtud del Código Penal de la
India .... la ley también dice que cualquier persona que cometa o
presuntamente comete un delito durante un movimiento político o
democrático con un único objetivo político, libre de codicia o motivo
personal, tiene derecho al estatuto de prisionero político... incluso si
esta acusado de hacer la guerra contra la nación ... "
Cuando los tribunales se pronuncian contra los adivasis y los
maoístas, el personal de seguridad salta de alegría. Pero cuando un
Tribunal dicte una sentencia favorable a los adivasis o los maoístas,
los agentes de seguridad protestan con todas sus fuerzas, como lo
hicieron cuando el tribunal de Kolkata consideró ridículo comparar a los
líderes maoístas con Hafiz Sayeed. ¿Para quién trabajan las fuerzas de
seguridad? para las grandes compañías como POSCO, Vedanta, Tata, Birla,
Mittal; no desde luego para el pueblo indio. ¿Por qué la clase media
india paga impuestos, si solo se protege los intereses corporativos? Las
fuerzas de seguridad son incapaces de frenar el terrorismo y la muerte
de miles de inocentes en explosiones de bombas. Pero parece que les
encanta golpear a desventurados adivasis, que son los más antiguos
habitantes del sub-continente indio.
En la actualidad, los presos maoístas están en huelga de hambre en
Jharkhand yMaharashtra para exigir el estatuto de prisionero político.
Las atrocidades anti-maoístas descritas en este artículo son sólo la
punta del iceberg.
El 28 de julio de 2012, 17 “maoístas” adivasis fueron abatidos a
tiros por hombres del CRPF en Bijapur y Chattisgarh. Un equipo de
investigación de la Coordinadora de los Derechos Democráticos (CDRO)
descubrió que la versión del CRPF era falsa, que los adivasis no eran
maoístas, que no iban armados y estaban reunidos intentando arbitrar
algunos conflictos a nivel local en una reunión cuando los hombres del
CRPF comenzaron a disparar. Los lectores pueden ver un impactante vídeo
que destruye completamente la pretensión del CRPF de haberse enfrentado a
maoístas “fuertemente armados".
Es muy doloroso cuando los medios electrónicos en inglés empiezan a
hablar en el idioma de las fuerzas de seguridad. Después de todo, los
nuevos medios de comunicación indios han hecho un gran trabajo a la hora
de poner al descubierto la verdad. ¿Por qué entonces vemos a los
presentadores de TV diciendo " así que ahora todos los maoístas exigen
el estatuto de lo presos políticos, y a continuación lo querrán los
terroristas: se trata de un precedente peligroso".
El trabajo de los medios de comunicación es informar y, en el mejor
de los casos, permitir que diferentes opiniones se expresen en
cualquiera de ellos. Hacerse eco del lenguaje de las fuerzas de
seguridad debe ser lo último que se le ocurra a un periodista serio,
especialmente cuando se trata de un complejo problema tan específico
como es el maoísmo indio. Para las personas que participan en
movimientos políticos (y el Tribunal de Kolkata es muy claro cuando
declara que los maoístas son activistas políticos libres de codicia
individual o inquina contra otras personas) el exigir el estatuto de
presos políticos es un derecho democrático humano elemental.
Fui a la cárcel como preso político siendo un dirigente estudiantil. A
diferencia de los capos de la mafia, no recibí un tratamiento especial
tipo Badshaah. Las cosas estaban tan mal, eran tan inhumanas y
malolientes como hoy-, aunque no sufrí palizas ni fui sodomizado
diariamente.
A veces, si tenía suerte, podía oír una conocida canción de cuna en
urdu, que cantaba por la noche un preso musulmán condenado a cadena
perpetua. Una canción de cuna que resume el doble rasero de las élites
indias cuando se trata de derechos políticos de musulmanes y maoístas:
Shareefon ko gaali, apradhiyon ko Saali,
Alá kya hai baat,
Ek mulk aur hacer kanoon,
Wallah kya hai baat!
(Para la gente decente, abusos; para los criminales, una prima (un juego de palabras sexual indio)
¡Qué grande, oh Dios!
¡Dos leyes y un país!
¡Qué grande, oh Dios!)
Amaresh Misra es hitoriador y novelista residente en Delhi.
Activista social por los derechos de los pueblos originarios de la
India.